Justo cuando se aproxima el momento más fuerte de exportación de San Juan a Brasil -en pocas semanas comienza la comercialización de uva en fresco, ajos y ciruelas, entre otros-, causó una profunda preocupación entre los exportadores sanjuaninos el desenlace de la cumbre entre los presidentes Lula Da Silva y Cristina Fernández: es que las esperanzas para la resolución del conflicto comercial estaban puestas en el encuentro, que no trajo una solución inmediata a las políticas restrictivas al ingreso de productos argentinos. Siguen las licencias no automáticas para ingresos nacionales, lo que entorpece el comercio hacia ese país.
"Estamos asombrados y preocupados. Teníamos enormes esperanzas de que se trataría y se solucionaría, o se flexibilizarían las trabas al menos para las economías regionales", dijo ayer Roberto Gutiérrez, gerente de la entidad exportadora.
La desazón existe aún cuando desde el gobierno salieron a decir que el problema comercial se va a ir solucionando "de a poco". El diputado Ruperto Godoy -que participa activamente en las negociaciones bilaterales-, dijo ayer tarde que "hay que ser optimistas" y aseguró que "van a haber muestras y gestos por parte de Brasil que demuestren mayor flexibilidad", aunque no hay datos de soluciones concretas.
Tras comunicarse con el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Alfredo Chiaradia, Godoy dijo que éste le transmitió que "ambas partes van a ceder" y que habrá mayor flexibilización hacia los productos perecederos. "Brasil asumió el compromiso de no tomar medidas intempestivas, y por el contrario asumir mucha flexibilidad con estos productos", dijo Godoy.
El problema
A fines de octubre, en represalia a los frenos que estableció argentina a sus importaciones, Brasil impidió el ingreso a productos argentinos y estableció las licencias no automáticas que podían tardar meses. En ese momento resultaron perjudicadas las ventas de pasas sanjuaninas que ingresan cada año para la producción del pan dulce que consumen los brasileros en la mesa navideña.
Casi 10 días estuvieron varadas los camiones de pasas en la frontera.
Luego de cierta flexibilización, las licencias tardan ahora entre 4 y 15 a 20 días, un plazo que los exportadores sanjuaninos dicen que es negativo, sobre todo para los productos perecederos cuya época fuerte empieza en pocas semanas. "La comercialización de uva en fresco, ajos y ciruelas empieza ahora, pero las licencias no automáticas afectan todo. Los vinos, las aceitunas, el aceite de oliva, las pasas, toda la oferta exportable que tenemos con Brasil", se lamentó Gutiérrez. Además, no hay lógica sobre los plazos a aplicar, por lo que puede tardar 4, 10 o más días la autorización para el ingreso de uva en fresco, por ejemplo.
Previo a la cumbre presidencial, la cámara de Comercio Exterior de San Juan había enviado notas a la Nación advirtiendo del perjuicio y pidiendo que se priorice a la provincia. "Lo enviamos a la ministra de Industria Débora Giorgi, al canciller Taiana y al ministro de Producción, Dominguez. también al diputado Godoy y al senador César Gioja", enumeró Gutiérrez. Ahora, ante el desenlace, los exportadores están expectantes y preocupados sobre lo que pueda suceder. Según lo que trascendió del encuentro presidencial, lo único decidido es que habrán reuniones cada 45 días entre los cancilleres para monitorear la marcha del comercio bilateral, un tiempo que la oferta exportable sanjuanina no puede esperar. El 10 por ciento de las exportaciones sanjuaninas se comercializan en ese país.