La empresa canadiense Orvana Minerals terminó con éxito la semana pasada su campaña de exploración de verano con una inversión de 3 millones de dólares, y a raíz de los resultados obtenidos promete que en dos años -para el 2023- estará presentando la factibilidad de la mina Taguas, otro proyecto de oro que esta a 25 kilómetros de Veladero, en el denominado cordón de El Indio, en Iglesia. Así lo confirmó Raúl Álvarez Cifuentes, director de exploraciones de la compañía, quien explicó que el próximo paso será alcanzar la prefactibilidad de explotación del proyecto hacia el final del 2022, y durante el siguiente verano empezar a realizar los trabajos para tener la factibilidad en el 2023. El estudio de factibilidad es el paso previo que da una empresa antes de construir la mina y empezar a producir. El directivo explicó que al tratarse de un proyecto no muy grande, con leyes no muy altas, se tendrá que afinar mucho los detalles de diseño y metalúrgica de la mina, pero se mostró optimista: "Orvana apuesta a llevar el proyecto a producción", afirmó, y agregó que es una empresa que se dedica a la producción de proyectos a pequeña escala, ""por lo tanto Taguas encaja totalmente en nuestro perfil. Estamos encantados de estar en el país". Los avances de esta mina fueron comunicados hace unas semanas al gobernador Uñac y ahora se pudo conocer más detalles a través de una videoconferencia facilitada por la Cámara Minera. Taguas no es un megaproyecto como Veladero o Josemaría, sino algo de menor escala, que ocupa unas 3.300 hectáreas. Según el último estudio económico preliminar que hizo la compañía en 2019, cuenta con reservas por casi 40 millones de toneladas con 0,51 de oro por tonelada equivalente, lo qué daría una producción de poco más de 600.000 onzas de oro equivalente, a razón de 50.000 onzas anuales.

Para compararlo, Taguas sería como la mitad de la mina Gualcamayo. O el equivalente a dos Casposo, en Calingasta. Alvarez dijo además que cuando se hizo el estudio el precio del oro estaba en 1.300 dólares, y hoy está en 1.700, con lo cual tiene potencial grande de remontar su valor. También explicó que preliminarmente se estima un costo de construcción de la mina de 150 millones de dólares, un monto accesible para un desarrollo minero. La duda que existe en el sector es si es posible desarrollar un proyecto pequeño en el medio de la cordillera, con las dificultades que eso acarrea. Por empezar, actualmente para llegar a la zona se debe utilizar el mismo camino que Veladero, pero eso puede ser ahora porque en fase exploratoria hay poco movimiento. El propio Álvarez reconoció que en etapas futuras, cuando entre en producción; ""habrá que coordinar de otra manera, incluso es un opción buscar otra alternativa". Por eso en el sector se especula que también esta empresa podría hacer algún negocio futuro con Barrick, o incluso venderle el proyecto; ya que al estar tan cerca, se podría llevar el mineral extraído para su lixiviación en la planta de procesos de Veladero. Otra posibilidad sería que pase a formar parte como mineral adicional en el caso de que se reactive Lama. No obstante, al ser consultado, Álvarez negó que la compañía esté pensando por el momento vendérselo a Barrick. El proyecto tiene tres zonas: la zona de Taguas que es donde está el recurso principal, la zona de Campamentos que también está siendo intensamente perforada al igual que Sierra Azul. Hasta el 2017 en que la zona estuvo en manos de compañía Aguilar y su área exploratoria Piuquenes, se hicieron 55.000 sondeos. Este año se completaron 5.000 más y para el 2022 se invertirán 15 millones de dólares.

La historia del nuevo proyecto

El proyecto iglesiano Taguas nació del grupo de prospectos que exploró Minera Aguilar, que después de hacer la factibilidad de Pachón a fines de los años "70, modificó la búsqueda de cobre por oro, tras el descubrimiento del denominado Cordón del Indio. Aguilar pasó años después a manos de Glencore y el grupo de exploraciones se mantiene y se transforma en Compañía Minera Piuquenes. El gerente de esta última compañía, Sergio Palma, explicó que desde ese momento también se cambió el enfoque y en vez de buscar vetas de alta ley como era antes, se moderó la exploración a zonas de ley baja o moderada, que puedan ser lixiviadas. Allí surgió Taguas, y como Piuquenes es accionista principal de la productora Orvana, esta se hace cargo del 100 por ciento del proyecto sanjuanino a partir del año 2019. Orvana tiene en producción una mina de oro al norte de Asturias en España, y otra en Santa Cruz, Bolivia. Ahora apunta a San Juan.