Ivana Turcumán (38) dio hace 5 años un cambio radical a su vida laboral. De ser una maestra jardinera full time comenzó a trabajar fuerte en un proyecto empresario personal, que hoy le permite ser propietaria de una Pyme que da que hablar y que ya marcó tendencia en el rubro en el que se mueve: ‘Fulano de tal, personaliza tus cosas’. ¿De qué se trata? Es un taller de personalización de ‘cosas’, desde remeras hasta los set completos que llevan los más chicos al jardín de infantes, todo a gusto del cliente y con un asesoramiento profesional.

Los inicios de Ivana fueron a paso firme pero lento, porque tenía la idea, los diseños, los contactos para venderlos, pero no las herramientas para plasmar sus creaciones. Ahí decidió presentar un proyecto para calificar y recibir un subsidio gubernamental que se llama Fondo Provincial Tecnológico (Fontpro), a través del cual logró financiar el 70 por ciento de sus equipos, que en total costaron unos 17.000 pesos, con los que costeó la compra de impresoras, equipo de serigrafía, ploter de corte, estampadora, bordadora y material de trabajo.

‘Cuando ejercía de maestra jardinera veía cuáles eran las necesidades de los chicos y los papás, por eso digamos que ahí se me prendió la lamparita de cubrir ese segmento. Ahora les piden que el vasito, el guardapolvo, el plato o la mochila lleve el nombre del niño y ahí dije: eso lo puedo hacer yo. Primero empece haciendo regalos personalizados a gente amiga y de a poco se corrió la voz y amplié el abanico de clientes’’, contó Ivana. Y agregó, ‘’fui una de las primeras en San Juan en hacer estas cosas y después todos me copiaron!’, se quejó.

La clave -dice- está en ver qué es lo que quiere el cliente, fijarse si está en los catálogos que dispone y si no es así, crearlo: ‘’Soy autodidacta. Me cuentan qué es lo que quieren y mi cabecita vuela para saber qué es lo mejor que se adapta a lo que están buscando. Puedo diseñar cosas para chicos, grandes, equipos de fútbol, rugby, bueno en fin, todo a lo que quieran personalizar o distinguir de otro’’.

En su taller de calle San José al 1764 (O), entre calles Matías Zavalla y Alvear, departamento Capital, Ivana trabaja por varias horas y a veces -por ejemplo en el arranque de las clases, que es cuando tiene mayor demanda de trabajo- termina siendo su segundo hogar.