En su visita a San Juan, el titular de la cartera de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, se mostró a favor de impulsar el proyecto que propone edulcorar bebidas no alcohólica con productos como el mosto, del que fue uno de sus gestores. El funcionario se comprometió a ayudar a los productores a superar la crisis hídrica y no descartó contribuir en la planta procesadora de tomate.

-¿Se va a retomar el proyecto de edulcorar bebidas con jugos naturales como el mosto?

-Sin duda que debe avanzar la idea, que es una materia legislativa, pero hay legisladores que están interesados en promoverlo. Para mí es un proyecto que tiene que ser analizado y contextualizado, pero que en su base conceptual tiene un sentido de promoción de la salud y de las economías regionales. Tiene que ser estudiado y avanzar lo más que podamos. Tuvimos en su momento un avance muy interesante, pero no se cerraron algunos puntos que faltaban, pero el gobierno anterior directamente lo desestimó. Ahora veremos hasta donde podemos avanzar.

-¿Hay alguna alternativa desde la Nación para promover inversiones y ayudar a los productores a superar la crisis hídrica?

-Acá hay un trabajo articulado entre varias áreas del Gobierno nacional y lo que estamos planteando e incluso lo hemos hablado con el ministro (Andrés) Díaz Cano son las posibles alternativas ante la variabilidad climática porque tenemos entendido que hubo muy bajas nevadas, con lo cual hay problema de disponibilidad de agua. Esto se resuelve con obras, como pueden ser las perforaciones, que permiten acceder a aguas de calidad y que hay disponible. Para eso hay planes de inversión.

-¿Pero se pueden mejorar?

-Estamos aspirando a mejorarlos y vamos a trabajar para profundizar estos lineamientos que permitan el acceso a obras de infraestructura para el riego. De hecho algunas de las obras previstas dentro del Prosap están vinculadas a esta materia. Pero de todos modos vamos a revisar las líneas disponibles para que tengan mejores condiciones de accesibilidad. Hay que tener en cuenta que San Juan es la tierra del sol, pero también tiene suelos muy fértiles y uno aspira a que con agua ese potencial se pueda convertir en una realidad. Donde hay agua se convierte en un oasis que sirve para incrementar la producción. Por eso recién el gobernador (Sergio) Uñac hablaba de la importante relación estratégica que tiene que haber entre la producción agropecuaria y el desarrollo de la sociedad. Y en ese sentido uno de los elementos más complejos es el agua, que requiere inversiones.

"Vamos a escuchar las oportunidades que tiene San Juan con el aporte de la Nación".

-¿Puede intervenir el Ministerio de Agricultura en el conflicto con La Pampa por el agua?

-Es un problema federal y según la reforma constitucional de 1994 la gestión de los recursos naturales corresponde a las provincias, pero cuando hay cuestiones interjurisdiccionales puede haber una participación del Estado nacional, pero como mediador. Acá está claro que cuando un río atraviesa otras provincias es un problema complejo que hay que resolverlo en forma ordenada.

-La planta procesadora de tomate que se quiere construir en San Juan ya tiene financiamiento del BID, ¿puede haber algún aporte extra de su ministerio?

-No lo descartamos porque el modelo que se aplica en San Juan es muy ingenioso y se puede adaptar a un mundo que hoy está en muchos casos temeroso de la inversión. No es el caso de esta provincia que está teniendo en algunas áreas una fuerte inyección de inversiones, como es la generación de energías renovables y la minería, por ejemplo. Pero en algunos rubros el impulso lo tiene que dar el Estado y el abordaje de inversión que tiene el Gobierno sanjuanino es de muy alto valor, como es el caso de la planta de procesamiento de tomate que la promueve el Ministerio del Interior de la Nación. Y lo puso muy claro el Gobernador cuando habló de la articulación de todas las áreas ministeriales de San Juan, que permiten dar este tipo de frutos. Pero hay restricciones por el desastre financiero que nos dejó Mauricio Macri. Acá no estamos viviendo un país normal sino que heredamos una deuda de 150.000 millones de la que nosotros tenemos que hacernos cargo.