Si bien se cumple el primer mes de mandato presidencial, y es relativamente escaso tiempo para evaluar la gestión del actual presidente, es cierto que no son pocas las medidas que se han implementado y que como sucede en nuestro país, despierta simpatías y antipatías. Si hubiese que resumir las mismas, al igual que sus impactos, deberíamos focalizarnos en lo siguiente:


MERCADO INTERNO


Con el fin de reactivar el decaído nivel económico en el mercado interno, se han establecido medidas como el bono a jubilaciones mínimas y AUH, tarjetas de alimentos, el relanzamiento de precios cuidados y el Ahora 12; lo que sumado al incremento al sector privado (y en breve el sector público), deberían impulsar en el corto y mediano plazo el consumo interno. A todo lo anterior deben adicionársele el congelamiento de tarifas y suspensión de incrementos en combustibles, con el fin de evitar una aceleración de la inflación y su correlativo traspaso a precios. 
A primera vista medidas que tienden a apuntalar a los sectores más vulnerables y la clase media; aunque en un país con superávit primario flaco y sin el ingreso suficiente de divisas, la pregunta es con qué recursos se llevarán adelante dichas medidas. Y es que si bien el megapaquete de medidas económicas impulsado por el equipo económico nacional incluye un ajuste presupuestario que importaría una mejora en el déficit (con ahorro genuino), también es cierto que una buena parte de los paquetes lanzados deberán ser cubiertos con emisión monetaria, siendo quizás este último aspecto el mas cuestionable.


PYMES


Otro de los sectores a los que se apunta, con el fin de sostener al menos el nivel de empleo y mejorar el de actividad económica, es el de las pequeñas y medianas empresas. Entre las principales medidas surgen las suspensiones de ejecuciones fiscales, el anuncio de una nueva próxima moratoria impositiva con condonación de multas e intereses, y el congelamiento y hasta la disminución de las contribuciones patronales para algunas actividades. A todo esto se suma la reducción de la tasa de interés de referencia por parte del BCRA cuyo objetivo principal es disminuir el costo de endeudamiento pequeño empresario. Serán suficiente estas medidas? Desde el punto de vista fiscal también hay que decir que las medidas que apuntaban a disminuir gradualmente la carga impositiva se han suspendido (y en el caso de las provincias se ha vuelto atrás con la baja de impuestos locales). Solo resalta la posibilidad de un ajuste por inflación en los balances impositivos, con el fin de sincerar un poco la pesada mochila tributaria que debe soportar el empresariado.


COMERCIO INTERNACIONAL


Como ya se ha dicho, en un país escaso de dólares, prácticamente sin inversión extranjera directa y agotadas las posibilidades de financiamiento externo; el ingreso genuino de divisas resulta una prioridad. Para ello se intentan impulsar todas aquellas actividades, que además de generar empleo y recaudación impositiva, tales son los casos del petróleo y la minería, que sumadas al “campo” serían las usinas de dólares necesarios. Si bien ya se ha producido la primera exportación de Gas Licuado de Petróleo a Europa, proveniente de las reservas de Vaca Muerta; es cierto también que tanto Minería como Petróleo son rubros de inversión intensiva y que para que las mismas lleguen serán necesarias mayores certezas por parte del Gobierno en lo que respecta a la política económica a llevar adelante, su relación con los grandes grupos empresarios y los mercados, la posibilidad de giro de dividendos, el pago de la deuda externa, la definición del tema glaciares, entre otras incertidumbres que hacen que el inversor cuestione llevar adelante un proyecto en la Argentina. Aquí han habido promesas, pero por el momento pocas concreciones, habrá que esperar.


DÓLAR Y DEUDA EXTERNA  


El dólar no es un tema menor en la Argentina. Como si se tratase de una imperdible serie de Netflix, todo el mundo habla de la evolución de su precio, si esta atrasado o inalcanzable, si su apreciación se trasladará en breve a precios, etc. El gobierno sabe que es un tema sensible, y también sabe que existen prioridades. Si bien por el momento no hay una pesada deuda exigible, en breve habrán vencimientos no menores, y es por ello que gran parte del mundo financiero presta atención a como se manejará el gobierno. Aun no se conoce claramente cual será la estrategia con los acreedores, si se apelará a un canje de bonos o por el contrario se oficializará el “reperfilamiento” definitivo, anunciado transitoriamente durante la gestión Macri (cosmética para evitar la palabra default). Hasta tanto haya una definición al respecto, y sentado en la popularidad obtenida con casi el 50% de los votos, el presidente tomó medidas que en ciertos sectores resultaron impopulares como fue el impuesto solidario del 30% aplicable a la compra de dólares para atesoramiento, turismo y compras en el exterior. 
En el contexto actual y mas allá de cierta resistencia, parece una medida lógica que intenta hacerse de divisas para fines productivos (pago de deuda o importación de bienes) en desmedro de lo suntuario. Se visualiza un gobierno que intenta “que su mano izquierda no sepa lo que hace su mano derecha”, pretendiendo por un lado hacerse de dólares con medidas plausibles pro un lado, mientras que por el otro lado restringe la disposición y uso de dólares que no tengan otro destino que el productivo, o incluso aun regulando de un modo selectivo las importaciones. El tiempo dictará sentencia al respecto.