El explosivo crecimiento de la población urbana y la construcción de nuevos barrios en los departamentos del Gran San Juan han producido cambios en las fuentes de agua potable del sistema de abastecimiento de la provincia, donde las napas subterráneas van ganando terreno. En la actualidad el 40 por ciento del agua que beben los pobladores de Capital, Rivadavia, Santa Lucía, Chimbas y Rawson proviene de pozos, cuando hace tan sólo 6 años el volumen que se extraía del subsuelo era solamente del 7 por ciento, reflejando una expansión del 471 por ciento en dicho lapso, según datos oficiales de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE).

Hoy la población de los grandes distritos de San Juan se abastece con 4,10 metros cúbicos por segundo de agua corriente, y de ella, 2,5 m3 por segundo provienen de agua superficial que se toma del río San Juan, o sea, el 60 por ciento; mientras que los pozos distribuidos en la provincia aportan 1,6 m3 restantes. En el año 2006 cuando el consumo era de 2,70 m3 por segundo, las fuentes de agua subterránea aportaban solamente 0,20 m3 por segundo (el 7% del total), y 2,5 m3/s las superficiales. En esos 6 años el agua potable que se derrama en el valle de Tulum -superficial y subterránea- creció más de la mitad, el 51,85 % al pasar de 2,70 metros cúbicos por segundo a los actuales 4,10 m3/s. El embalse de Ullum, nutrido por las aguas del río San Juan sigue siendo el principal suministrador de agua, pero con una tendencia francamente decreciente, donde los acuíferos subterráneos y pozos ganan importancia. Lejos de lo que se podría suponer, esta tendencia no responde a la sequía, sino al crecimiento demográfico y al hecho de que la planta potabilizadora de Marquesado quedó chica, explicó Cristian Andino, presidente de OSSE. “Toda la cantidad de villas erradicadas que no tenían baño instalado y usaban letrina, no consumían prácticamente agua corriente. No tiene que ver con la sequía, la cantidad de nuevos barrios y emprendimientos privados significan mayor consumo de agua potable y la demanda se ha venido satisfaciendo con las perforaciones, que le dan mayor volumen y presión a las casas”, dijo. Andino agregó que debido a la mayor dependencia actual del agua del subsuelo, la cual debe ser extraída con motores eléctricos, “se notan más los problemas de suministro ahora que la luz se viene cortando más seguido”. “Hay un corte de energía y se resiente el servicio”, agregó. La época de las grandes perforaciones -con motores de 100 HP- comenzaron con los 3 pozos de El Pinar a fines de 2006. Los años siguientes también se construyeron nuevos pozos, pero el 2012 fue el año en que más habilitó OSSE para producir agua potable: se inauguraron 4 grandes perforaciones, en Rawson, Capital, Pocito y Chimbas. Ahora está próximo a inaugurar otro pozo en Chimbas. Pero la gran obra con la que OSSE espera atender la demanda por 50 años es el acueducto Tulum (ver aparte).