Cuando promedie la mañana de este lunes, estarán sentados en el largo mesón del INV, en Mendoza, los representantes de las cámaras de la producción que integran la Comisión Asesora Técnica, una especie de Consejo de Estado del vino. Con Guillermo García -presidente del Instituto- se proponen abordar un tema complejo y que mantiene a los protagonistas tensos: ¿Qué hacemos con el color mínimo para envasar con la denominación de tinto?. Es que, como el mercado de los tintos se mostró escaso y caro, los elaboradores -Bodegas de Argentina, concretamente- le pidieron al INV que revisara las cifras de volumen y procurara bajar la exigencia de unidades de color para poder envasar con esa etiqueta. Extraño juego del destino, porque este sector bodeguero había sido siempre crítico del uso "político" de las fechas de liberación cuando los caldos abundaban, del grado, o del color, y ahora la Naturaleza o El Mercado, los convierte en paladines del retoque de esas reglas de juego. Las restantes entidades de Mendoza se muestran más amigas de mantener las cosas como están, salvo un salto al vacío en el volumen final de cosecha. No será una charla fácil, porque en San Juan la mayoría de las entidades (dicen que también el Ministerio de la Producción de esa provincia) saltaron advertidas y se juntaron para pedir que nada se decida antes de terminar toda la cosecha. Mendoza entra en 2 semanas clave, porque viene atrasada la vendimia y estas precisamente son las de mayor afluencia de racimos, sobre todo en el Este mendocino. En realidad, en San Juan hay muy poco ánimo de flexibilizar el color. La Federación de Viñateros, incluso, publicó en los diarios una solicitada exigiendo que no se toque la fecha de liberación, el grado ni el mínimo que hoy está formalmente en 450 menos el 10 % de tolerancia (fue precisamente Guillermo García el que lo subió de 400 a 450 el año pasado). El jueves, directivos de las entidades sanjuaninas se reunieron con el presidente del INV y casi sin excepciones le pidieron que no avance sobre estos temas "hasta que la cosecha cante con precisión lo que hay, quien lo tiene, de qué color y con qué grado".
Cuentan que García les aclaró que para el INV la fecha sigue siendo el 1º de junio de acuerdo a cómo va la vendimia y los números de salida de despachos; que el grado y el color se tendrán que analizar cuando los lagares ya hayan cesado su tarea. De todas maneras, sabido es que el titular del INV es más amigo de elevar la exigencia de color que de bajarla.

