Para que Martín Redrado renuncie, el Poder Ejecutivo deberá contar el dictamen de una comisión bicameral del Congreso si es que quiere llevar adelante la remoción del presidente del Banco Central. Así se desprende de la Carta Orgánica del Central que en su artículo 9 dice lo siguiente: "Los integrantes del directorio podrán ser removidos de sus cargos, por el Poder Ejecutivo Nacional, por incumplimiento de las disposiciones contenidas en la presente Carta Orgánica o por incurrir en alguna de las inhabilidades previstas en el artículo anterior. La remoción de los miembros del directorio será decretada por el Poder Ejecutivo Nacional cuando mediare mala conducta o incumplimiento de los deberes de funcionario público, debiéndose contar para ello con el previo consejo de una comisión del Honorable Congreso de la Nación integrada por cinco miembros. La misma será presidida por el presidente de la Cámara de Senadores e integrada por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía de la misma, además de los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados de la Nación’.

Sin embargo, a raíz del recambio parlamentario, en ambas Cámaras no se han designado autoridades para las mencionadas comisiones por lo cual, el cuerpo que debe decidir sobre el futuro de Redrado no podría sesionar hasta que el Congreso retome sus actividades.

Algunos especulan que la comisión quede integrada por dos miembros del oficialismo y dos de la oposición. El quinto integrante (hasta ahora, el único miembro confirmado de los cinco que deben decidir sobre el tema) es el vicepresidente Julio Cobos, de clara postura contraria al Gobierno. Con lo cual no se descarta que su decisión pueda desampatar a la hora de decidir los destinos de Redrado.

En el caso del resto de las comisiones del Congreso, la oposición brega por obtener sus respectivas presidencias, habida cuenta del resultado electoral del 28 de junio pasado. De llegar la oposición a esos lugares, será muy difícil que el gobierno consiga la aprobación para remover a Redrado.

Distinto será el caso si el actual presidente del BCRA renunciara a su cargo antes de concluir su mandato, que vence en septiembre de 2010. En este supuesto, la Presidenta tendrá allanado el camino para nombrar a un sucesor, aunque en forma provisoria hasta que sea confirmado por el Congreso.

Debido a que el Congreso se encuentra en receso, el Poder Ejecutivo debería convocar a sesiones extraordinarias para que se proceda a conformar la comisión y avanzar con el análisis de la situación de Redrado.

Dejar la decisión en manos de los legisladores, donde líderes de la oposición ya ratificaron su apoyo a Redrado, podría desatar un escándalo político. Algunos analistas dicen que el resultado más probable es que una discusión prolongada en el Congreso le permitiría a Redrado mantenerse en su puesto hasta septiembre, cuando termina su mandato.