Justo ahora que la cadena agroindustrial exportadora está viviendo uno de sus mejores momentos, con precios muy positivos, la noticia de que el gobierno nacional impondrá trabas a la importación de alimentos procesados les hizo correr frío por la espalda a los exportadores sanjuaninos: temen ser otra vez víctimas de las represalias que podrían tomar desde los países que se sienten más afectados -Brasil y Europa- adonde van el 68% de las exportaciones de San Juan. Una eventual restricción golpearía duro en la matriz productiva local de pasas, ajos, vinos, aceite de oliva, ciruelas, cebollas y uvas frescas.

Y tienen motivos para preocuparse porque Brasil ya sentó un precedente en octubre del año pasado con la aplicación de licencias no automáticas para la compra de productos argentinos, que afectó principalmente a los perecederos. En aquella oportunidad, más de 500 camiones quedaron varados en la frontera por varios días, y al menos una docena de ellos eran de San Juan, cargados con pasas.

"Mi firma tuvo 2 camiones parados en la frontera durante 15 días porque no nos daban los papeles, la licencia automática para ingresar. Y otros 12 camiones estuvieron parados en la planta por 40 días esperando la solución. Estamos muy preocupados. El 85 % de las pasas van a Brasil y si toman represalias el precio se desploma", dijo ayer el pasero Alberto Cassab. Otro empresario pasero, Francisco Paladini fue más contundente: "Si suspenden la compra de pasas de uva por 60 o 90 días muchas empresas productoras de pasas de uva podríamos entrar en default", dijo ayer a Radio Colón.

Ayer en San Juan la preocupación era generalizada en todos los sectores. Alfredo Figueroa, presidente de la Cámara de Ajeros dijo que si Brasil o Europa no deja pasar nuestro producto "este sector tendrá consecuencias tremendas". San Juan exporta su ajo blanco a Brasil y al mercado europeo, con que uno de los dos aplique restricciones se generará un excedente que tirará abajo los precios. "Y los dos, sería tremendo!", dijo Figueroa.

Y no sólo la cadena agroindustrial tiene temor, el sector autopartista también está rezando. Daniel Cano, desde la fábrica de juntas para automóviles Taranto, recordó que por el freno a las licencias automáticas de Brasil el año pasado no pudieron importar caucho desde Brasil, se demoró la fabricación de las juntas de goma e incumplieron lo contratos con la fábrica automotriz FIAT. "No sé quien va a perder más con esto, si Brasil o Argentina. Creo que este país puede perder miles de pesos", dijo Cano. En ese sentido, un informe de la consultora Abeceb.com concluyó que la Argentina llevaría las de perder, debido a que las exportaciones al vecino son considerablemente superiores a las importaciones (ver aparte).


A la espera

En la Cámara de Exportadores de San Juan están relevando información oficial y dijeron que van a tener que esperar antes de iniciar cualquier acción porque tienen información confusa: "La ministra Giorgi (de Industria) dice que el problema no existe, y el secretario de Comercio Interior Moreno dice que sí", se quejó ayer Antonio Gimenez, presidente de la entidad, quien no descartó contactos a la brevedad con el gobierno provincial para que este interceda llevando la preocupación de la economía regional a las máximas autoridades nacionales. "Descontamos los buenos oficios del gobernador Gioja, porque siempre responde a las necesidades cuando se le hacen planteos, el problema es que uno lo va desgastando", lamentó su ex ministro de Producción.

Gimenez consideró que lo más negativo de estas acciones es la incertidumbre que causa en el empresariado: "Una vez más al mundo de los negocios se le afecta las expectativas generales y eso es malo, trae muchas desventajas", criticó.

Por su parte desde el gobierno se intentó poner paños fríos. "Creo que debemos ser prudentes. No hay ninguna resolución al respecto, no al menos que yo la haya visto o se me haya comunicado. Entonces la prudencia es la mejor decisión", dijo en la tarde de ayer el ministro de la Producción, Raúl Benitez.