Si bien este invierno fue menos frío que el pasado, ya se acumularon las horas de frío necesarias para garantizar una buena brotación en los viñedos, el principal cultivo sanjuanino. Desde el 1 de abril y hasta el 14 de agosto pasado se acumularon 881 horas de frío, un 25% por encima de las 700 horas que precisan como mínimo los viñedos, según informó Sonia Silva, a cargo del Servicio de Agrometeorología de la Estación Experimental Agropecuaria San Juan del INTA. El dato es beneficioso porque la vid precisa frío durante el invierno para eliminar las hormonas que no permiten su brotación, lo que se traduce luego en un mayor rendimiento y sanidad, explicaron desde INTA.
Por eso desde esa entidad las miden cada año, a partir del 1 de abril y hasta que empiece la brotación del último cultivo que existe en San Juan, como por ejemplo, el pistacho que florece cerca del 25 de septiembre.
Hasta ahora, son menos horas/frío que el año pasado cuando a igual lapso se registraron 985 horas. No obstante, Juan Manuel Raigón, jefe de la Agencia de extensión rural San Martín, dijo que "’comparativamente no estamos mal, porque si bien hay menos horas de frío, se han producido por debajo de los 7 grados centígrados jornadas no tan intensas y a su vez ha permanecido fresco a lo largo de todo el día, con jornadas que no sobrepasaron los 15 grados en el día. Eso es muy interesante para la vid, olivos y frutales, y es algo que no sucedió el año pasado cuando las diferencias de temperatura entre el día y la noche fueron mayores, entonces lo que acumula la planta de frío por la noche, le resta por la mañana cuando hace calor”. Hubo temporadas donde el frío fue poco, como ocurrió en el 2009 (ver infografía), lo que retrasó las fases "fenológicas" normales de muchos vegetales y repercutió en problemas de floración y fructificación posterior.
EL PRÓXIMO PELIGRO
Si bien los viñedos ya aseguraron la primera parte de su ciclo vegetativo, con el frío invernal; ahora se aproxima la segunda etapa que es peligrosa: la de las heladas tardías. Raigón explicó esta heladas que se producen a finales de agosto y en septiembre, hacen mucho daño porque las yemas ya están asomando y se queman. Por ejemplo, las variedades de uvas Superior de exportación comienzan a brotar a finales de este mes, y las tardías, los primeros días de septiembre.
El año pasado se presentaron heladas tardías e hicieron estragos en zonas bajas donde dañó principalmente a los olivos. El peligro también está para otros cultivos que precisan acumular menos horas de frío, tales como los frutales en general, y pistachos (ver aparte).