El escenario es el siguiente: todos dicen que viene una cosecha normal, no tan pobre como el año pasado (cayó un 35%), pero tampoco abundante. Si a eso se suma la ventaja de que no hay stock técnico en el mercado -no queda vino, ni pasas, ni mosto- y que el mercado interno y externo demanda, la venta de uva este año está asegurada. Y a mucho mejores precios que el año pasado, según las perspectivas de los referentes vitivinícolas.

Tanto en el sector de vinos, como en la exportación de uva en fresco y en pasas esperan buenas ventas y precios en el exterior esta temporada (ver aparte). La gran incertidumbre es qué va a pasar con el precio del mosto, que por primera vez este año vale menos que el vino.

En algunos sectores ya dan por hecho que el valor del kilo de uva puede ser el doble de la cosecha pasada: por entonces el mercado empezó pagando 38 centavos el kilo de uva y alcanzó los 55 centavos cuando el gobierno intervino para tonificar el valor y salió a comprar. Ahora viñateros, productores y bodegueros opinan que el valor rondará entre 70 y 80 centavos. Si es así aliviará el bolsillo de los viñateros que vienen de una pésima racha la última cosecha, por la crisis y por los estragos del clima.

El gran referente es el precio de la uva base, común, que se usa para elaborar vinos, mostos y pasas, y que tira el carro de los precios del resto.

En la Asociación de Viñateros que nuclea a la mayor cantidad de productores locales creen que este año el precio se va duplicar. Allí suponen que el kilo costará 80 centavos pero puede llegar a 1 peso.

Lo mismo opinó el productor y bodeguero trasladista Angel Leotta: "Si hoy un blanco escurrido está entre 1,10 y 1,20 pesos el litro, el kilo de uva debe valer alrededor de 70 centavos la próxima vendimia, o un poquito más", aseguró.

"Como hay poca y la demanda mejoró, esta cosecha viene con buenos precios para el productor. Cuánto no se sabe, pero va a ser mejor seguro. No creo que el gobierno tenga necesidad de salir a comprar uva esta temporada", dijo por su lado, el pasero Alberto Cassab al ser consultado.

La primer pista la dio la uva de mesa que ya empezó a cosecharse en la provincia: los productores de estas variedades ya tienen pre-contratos con exportadores locales para recibir 60 centavos de dólar por kilo, contra los 30 centavos del año pasado, según confirmó Maximiliano Turcumán desde Expofrut.


Mosto, el dilema


Por la crisis mundial que frenó la demanda y los bajos precios del mosto de manzana que hacen los chinos, en el 2009 la exportación de mosto argentino cayó a la mitad. En el segundo semestre, Argentina estuvo exportando 9.000 tn mensuales contra las 18 mil del año pasado. Y eso impactó en una baja notable del precio: hoy en el mercado regional un litro de un buen sulfitado, con 220 gramos de azúcar vale 1 peso, o sea, 10 ó 20 centavos menos que el litro de vino. A ese valor, el equivalente de un kilo de uva es no más de 60 centavos. "Si el precio del mosto sigue así ningún viñatero va a querer vender la uva al industrial mostero", aseguró Leotta. Y en la Asociación de Viñateros ya hablan de que el gobierno debe instrumentar alguna medida para evitar que falten uvas para el industrial mostero.

Jorge Rives, de la Cámara de Elaboradores y Exportadores de Jugo de Uva, dijo que el sector no podrá pagar demasiado porque "los que lo hacen terminan quebrando", en alusión a varias empresas que bajaron persianas este año. Reclamó, en cambio, al gobierno insistir con la eliminación de la resolución Nro. 35 que aplica un 10% de de tributo a la exportación del mosto. "No queremos planes especiales para el sector, sólo que nos alivien la carga impositiva y las penalizaciones a los consumos de electricidad y gas", dijo Rives.

Agregó que aunque el panorama de precios se presente más alentador para el vino, el mosto tiene un plus que juega a su favor a la hora en que el viñatero decide el destino de sus uvas. Mientras los vinos, pasas y uvas en fresco se reciben en consignación (el precio se liquida al final de la comercialización) las mosteras entregan dinero antes, por lo que el productor puede financiarse anticipadamente.