Cuando Gabriel Lanzi (32) daba sus primeros pininos en el Diseño Industrial soñaba con inclinarse a los autos. Pero lo acotado del mercado y la necesidad casi imperiosa de viajar a Europa para seguir ese sueño, le puso en el camino otra pasión que acunó de joven: la música. Y con ingenio supo complementar el diseño y la música para ser luthier, que es ni más ni menos que una persona que hace y repara instrumentos de cuerda frotada, una especie de cirujano del mundo de las guitarras. El gusto por The Beatles, una familia dedicada a la música y su banda de rock -Matagusanos-, sus musas inspiradoras.
“Lo primero que hice fue un bajo, en el 2001. Tomé el formato de uno que me gustaba y le hice unas llamas, como si fuera tunear un auto”, comentó en tono pausado Gabriel. Claro que además de diseñar, armar y ajustar los mecanismos para que “suene bien”, también se encarga de darle forma y contenido a los amplificadores, tarea que realiza junto a su papá que se especializa en Electrónica. Una guitarra “Lanzi”, marca que utiliza, puede llegar a cotizar desde los 6.000 pesos “en adelante”. “Por 8.000 pesos podés tener una buena”, aseguró el joven luthier. Es que la tarea para armar cada guitarra trae consigo un desarrollo que va desde la entrevista con el cliente hasta el toque final en el taller. Sus creaciones las vende en San Juan, pero algunas ya partieron a Capital Federal y una a España; mientras que por estas semanas está negociando una para el guitarrista de la banda nacional Los Pericos. “No busco que mis guitarras la toquen famosos, sólo quiero vivir de esto que es lo que me gusta”, aseguró. Para ver los modelos en Facebook: “Gabriel Lanzi luthier”.

