Todo hacía suponer -y desde éste espacio lo veníamos advirtiendo-, que los gobiernos de San Juan y Mendoza iban a salir a jugar fuerte apostando todo a levantar la industria del mosto que en los últimos años estaba al menos "desanimada", incluso con la perdida de jugadores importantes de la actividad. La oportunidad se dio a partir de factores externos y pronósticos internos. La "pobre" producción del concentrado de uva de EE.UU durante el 2010 y un porcentaje importante de la producción vitícola americana hacia la elaboración de pasas, el aumento considerable del galón del mosto de manzana chino que ya se ubicó entre 10 y 12 dólares el galón -y que repercute en la demanda de nuestros productos y fundamentalmente, el buen precio internacional que registra la tonelada del concentrado-.Y esto ocurrió la semana pasada cuando en el sexto piso de la Casa de Gobierno de Mendoza, Raúl Benítez y Raúl Mercau -titulares de las cartera de la producción de ambas provincias, junto a asesores y protagonistas del sector-, le pusieron un piso al porcentaje del Acuerdo de la nueva cosecha de uva que irá destinada a mosto. "El piso es el 30% y de ahí para arriba en función de los números de febrero", advirtieron los funcionarios y hasta se animaron a subir la apuesta y hablar "32%". Sus asesores ya les habían "chusmeado" en el oído que éste año el blanco escurrido no va a tener mercado, ni interno y mucho menos externo -a granel-, que desde el primer semestre del 2010, viene en franca caída. Los hombres de Gioja y Jaque están convencidos que en éste año particular -donde se pronostica una cosecha "normal" de 2.770 millones de kilos, 6% más que la temporada pasada- la producción de mosto es la herramientas clave y prioritaria para equilibrar las cargas de la industria. Y salieron "con los tapones de punta". Ambas provincias están trabajando en medidas complementarias para incentivar la elaboración del jugo de uva: elevando las multas a no menos de $10 el quintal -hoy equivalen a $6 por quintal-, para aquellas firmas que no respeten el porcentaje acordado, además de reducir el coeficiente por el cual las bodegas exportadoras son exceptuadas o compensadas por el vino vendido al exterior. Asimismo, confirmaron incentivos a partir de líneas de crédito a "tasa 0" para estimular a productores que opten por la elaboración del jugo de uva. Y no se guardaron nada. "Con ese objetivo, hay un 99% de probabilidades que salgamos desde el gobierno a hacer operativos de compra de uva -a pequeños productores de uvas criollas- para la elaboración de mosto como en años anteriores", dijo enfático Raúl Mercau, titular de la cartera de la producción mendocina. Su par sanjuanino, Raúl Benítez, no vio con desagrado volver a repetir los operativos que propuso el Gobierno de San Juan durante la temporada pasada.
Después del pronóstico
Luego que el INV realizara el primer acercamiento a los números de la nueva cosecha, las repercusiones de los distintos sectores no se hicieron esperar. Mientras algunos actores dudan de los datos del organismo fiscalizador, principalmente algunos productores de San Juan, del Valle de Uco y el oasis Este de Mendoza, víctimas de sendas tormentas graniceras y heladas tardías, otros en cambio auguran racionalidad en las cifras del Instituto. Algunas entidades en cambio explican que los números del nuevo pronóstico tienen que ver con "proporciones". Sostienen que el número global no se va a ver afectado, pero la composición interna de esas cifras -sobre todos en zonas productivas de San Juan y Mendoza de uvas varietales-, es distinta. Y esa situación se refleja hoy en los precios de ese segmento. Ya hay operaciones en Mendoza que rayan los $5,50 el kilo de Malbec. Es evidente que en éste contexto, los varietales que venían altamente demandados y con precios presionados antes de las heladas de noviembre, producto de que muchas bodegas intentaban recomponer sus stock después de un magra cosecha 2009-2010, tiendan a continuar con valores altos. Por eso desde la mesa de la Coviar piden prudencia, y esperar a la evolución de la cosecha.