Si hace unos pocos años nos hubieran dicho que el mundo iba a experimentar, bien entrado el siglo XXI, una pandemia, confinamientos masivos e incluso una guerra a gran escala en Europa, pocos se lo hubieran creído, y sin embargo la moneda nacional mexicana está respondiendo con bastante estabilidad a los acontecimientos, tanto nacionales como internacionales.
Enero y febrero transcurren sin grandes cambios
El año 2022 comenzó con el peso mexicano valiendo 0,0487 dólares, y terminó febrero valiendo 0,0488 dólares, con lo que prácticamente no ha habido cambio en su cotización, aunque a lo largo de estos dos meses la cotización ha variado por encima y por debajo de dichos precios y la economía mexicana tiene problemas igual que la inmensa mayoría de países del mundo.
Durante los meses de enero y febrero el pico del precio del peso mexicano frente al dólar se marcó el 23 de febrero, con un valor de 0,0493-0,0494 dólares por peso, y el mínimo se alcanzó el 28 de enero con un valor de 0,0480 dólares por peso, una cotización esta última que es mayor que el valor actual del peso mexicano, que de momento ha roto el tope de 0,0480 dólares por poco, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que la actualidad parece aconsejar invertir en valores refugio, algo aún más atractivo si, como ocurre en el caso del dólar estadounidense, funcionan además como líquido admitido en la mayor parte del mundo, probablemente incluso en Rusia, dado que de momento materias primas como el petróleo no se han visto afectadas por las sanciones, y aunque los fondos rusos en dólares que se encuentren en el extranjero están congelados, nada impide al Kremlin seguir acumulando dólares que serán utilizados cuando, tarde o temprano, la guerra termine y las sanciones se levanten.
El comportamiento del peso mexicano y del resto de las divisas nacionales las unas con respecto a las otras no afecta sólo al bolsillo de los ciudadanos, dado que el forex es un mercado que se utiliza tanto por operadores de trading online (los cuales asumen los riesgos de invertir con apalancamiento), como por aquellos que cambian unas monedas por otras o por los exportadores e importadores, que ven afectados sus negocios por el vaivén de los precios de las divisas.
El peso aguanta, pero la economía se contrae
Aunque la solvencia del peso mexicano parece, de momento, fuera de duda, la economía mexicana se habría contraído en enero del 2022 ligeramente con respecto a diciembre del 2021 según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica, aunque habría crecido en términos interanuales, es decir teniendo en cuenta los datos de enero del 2021.
Por otro lado el precio actual del petróleo podría haber representado para México una oportunidad para obtener valiosas divisas fuertes, aunque de momento parece que no estaría siendo así, dado que en enero las exportaciones de crudo marcaron un mínimo histórico en prácticamente las últimas tres décadas, dado que Pemex sólo logró exportar una media de ochocientos treinta y dos mil barriles diarios durante dicho mes, algo que podría cambiar dado que el crudo ruso se está demandando a unos niveles menores de lo esperado por parte de los países más activos a la hora de aplicar sanciones al gigante euroasiático.
De cara a este 2022, la Secretaría Económica mexicana ha incorporado a su Plan de Reactivación estrategias del ámbito privado que van desde la industria turística hasta la inversión en nuevas infraestructuras, las cuales no sólo tendrán un impacto positivo inmediato en la creación de empleo que estas obras traen consigo, sino que también generarán sinergias positivas en el futuro al ser estas infraestructuras vitales a la hora de mover tráfico de mercancías y personas por todo el territorio. Está previsto que durante el 2022 se inviertan hasta seiscientos cuarenta mil millones de pesos mexicanos (más de treinta mil millones de dólares al cambio actual) en diversos sectores de la economía nacional con el fin de reactivar la economía de forma definitiva a través de la banca de desarrollo, algo que ha sido recibido con optimismo por el sector empresarial, que en parte será el encargado de vehicular dichas inversiones.

