Mientras los racimos maduran y le dan pelea a la humedad que las lluvias persistentes han llevado a niveles peligrosos, la semana vitivinícola no trajo mayores novedades. Las expectativas siguen puestas en el próximo 25 de febrero cuando el INV anuncie los datos del segundo pronóstico de cosecha, un ajuste de lo que se calculó a fin de año. En San Juan y Mendoza, se repitieron las reuniones buscando un equilibrio en los precios de la uva de la nueva temporada. Los bodegueros con mercado de vino y los exportadores de mosto concentrado, procuran encontrar la materia prima -fundamentalmente varietales- que finalmente puedan pagar y cumplir con los compromisos asumidos en el mercado interno y en el exterior. Están convencidos de que ese "equilibrio" tiene que venir de la mano de una labor institucional, que los encuentre a todos los sectores coordinados para enfrentar un mercado mundial amenazante con precios "pisos" para uvas básicas -el caso España-, que rondan los $0,50 el kilo de uva. Los gobiernos presionan con apoyo financiero y viñateros y bodegueros tironean de la cuerda, pero con precios tentativos que rondan los 75 y 85 centavos, como base de las criollas y cerezas. Otro cantar se oye para las tintas de alto valor enológico, este año escasas y muy requeridas.

Las mediciones marcan que durante el 2010, la vitivinicultura argentina creció en facturación -en ambos mercados-, pero cayó en volumen. Y éste es el gran "dilema" al que se enfrenta hoy la industria: "Es negocio seguir vendiendo caro, pero cada vez menos. Hay un razonamiento que se está analizando en los pasillos vitivinícolas, y es que "muchas empresas imposibilitadas de trasladar el aumento de precios de sus productos al mercado externo, compensaron incrementando los precios en el mercado interno, situación que se los permitía la misma inflación que vive la economía nacional. Entre otras, la señal de alerta viene de la mano de las exportaciones, donde se advierte que -si bien ha crecido y ha batido récord en la facturación de los fraccionados-, no es menor el dato que en cuanto al volumen exportado, el crecimiento ha ido perdiendo fuerza en el tiempo y se ha hecho más lento. Según información del INV terminamos un 2010 con un repunte de sólo el 3% -venimos de una evolución positiva de años anteriores que rozaban entre el 10 y el 15%-. En éste contexto, los expertos advierten que en situaciones como las que vive hoy la industria, hay que buscar el equilibrio entre el mayor precio posible, sin perder volumen o cantidad. De todas maneras, es un tema estructural que ha marcado la agenda vitivinícola de cara a la próxima cosecha.

En Mendoza, por estos días, la mayor preocupación está centrada en la escasez de agua para el riego y en "estrés hídrico que pueda estar sufriendo la planta". Por eso, para los especialistas del INTA, "éste año la situación es muy crítica y el escurrimiento de los ríos no va alcanzar para satisfacer toda la demanda". Desde algunas entidades locales como la Asociación de Inspectores de Cauces 1º Zona Río Mendoza -entidad pública no estatal-salieron a hacer campaña y dar consejos para cuidar el agua.