En la Argentina se calcula que han cerrado unas 1400 estaciones de servicio en los últimos tres años y sólo en San Juan, 17 bajaron sus persianas en los últimos 5 años y apenas dos abrieron en el mismo tiempo, según informó ayer la Cámara de Expendedores de Combustibles y afines. La baja rentabilidad y la no renovación de los contratos con las petroleras hicieron que el negocio cambie y hoy crezcan las estaciones de servicio de bandera blanca, es decir que no poseen vínculo de exclusividad con las compañías.
Muchos empresarios para mantener el negocio agregan más servicios: Algunos optan por confiterías las 24 horas, heladerías y hasta cajeros automáticos, que apuntalan la venta de combustibles.
Desde la Cámara de Expendedores de Combustibles de la provincia aseguran que la rentabilidad que tienen los surtidores -cubriendo todos los gastos fijos- "no es más del 5%".
"Es un negocio que se acota cada vez más. Es imprescindible una Ley de Comercialización de Hidrocarburos para frenar esto, porque la intervención estatal complica a las compañías y ya no les interesa renovar ningún contrato con los estacioneros, porque eso implica asegurarle una bonificación y hoy por hoy no están dispuestos a eso" señaló el presidente de la Cámara local, Eduardo Margarit.
Un giro en el negocio
Algunas estaciones de servicio carecen del logo identificatorio que indique si el combustible que comercializan es Shell, Repsol YPF, Petrobras o Esso. No es casualidad que cada vez sean más las estaciones que no identifican la compañía a la cual le compran y son las denominadas estaciones de "bandera blanca". No tienen contrato de exclusividad y adquieren el combustible en distribuidoras que tienen las compañías, porque ya carecen de relación directa con la petrolera. En San Juan, de 66 estaciones de servicio que hay, un 30% son de bandera blanca. ¿Pero por qué cada vez son más?. Desde hace algunos años prefieren las petroleras no renovar los contratos de exclusividad y los estacioneros se ven obligados a mantener el negocio con un nombre genérico que no identifica el origen del combustible. Empresarios del sector aseguran que "deben mendigar para poder abastecerse".

