El tomate pasó a ser noticia y comienza a cambiar la historia de la agricultura sanjuanina. Se trata del único cultivo que ha tomado un impulso explosivo en más de una década, y cuyo crecimiento parece no tener freno, con su expansión constante en áreas cultivadas, la inversión en tecnología y los altos rendimientos logrados en sucesivas campañas.

Este año la superficie cultivada ha crecido en al menos 300 hectáreas más respecto a la temporada anterior, según cifras de las Secretaría de Agricultura, con lo cual para la campaña 2018, las 2.000 hectáreas implantadas en San Juan aspiran a entregar una producción de unos 210 millones de kilos. Eso significará cuatro veces más que la cosecha de 2006. Aquel año, la superficie sanjuanina con tomates de tipo industrial llegaba a sólo 800 hectáreas y la cosecha alcanzó los 50 millones de kilos. En el país, se estima que el área cultivada no superará las 6.000 hectáreas para 2018, con lo cual nuestra provincia con sus 2.000 hectáreas tendrá el 33% de la superficie nacional frente al 10% que tenía en el 2006.

La temporada de cosecha del tomate perita se extiende desde fines de diciembre hasta fines de abril de cada año.

Teniendo en cuenta que la demanda interna de Argentina equivale a unos 700 millones de kilos de tomates frescos al año, se espera que la producción de San Juan en el 2018 aporte el 30% del consumo nacional. Hace tan sólo dos años aportaba el 21,4% del total (ver infografía).

Lo que pasó en los últimos años es que junto con el aumento constante de la superficie también se dieron muy buenos rendimientos productivos en el sector. En el 2006 se podían cosechar 62.500 kilos por hectárea, en el 2015 ya se había logrado trepar a 95.900 kilos y desde hace un par de años, cualquier finca tomatera sanjuanina alcanza sin problemas los 105.000 kilos por hectárea promedio.

Este rendimiento es el mejor de todas las zonas de cultivo tomatero del país, que este año alcanzaron un récord histórico de 77.000 toneladas por hectárea, según indica el informe de progresos 2016/2017 de la Asociación Tomate 2000 que trabaja con el INTA.

El secretario de Agricultura de la provincia, Ariel Lucero Reinoso; encargado de llevar minuciosamente las estadísticas del tomate detalló varios factores que explican el impulso del fruto rojo en estos suelos: la tecnología incorporada, nuevas variedades que se incorporan cada año, avances en la preparación de suelos y en el uso de fertilizantes, la cosecha mecánica, el aumento del riego por goteo, el manejo de plagas, y un factor clave; el trabajo integrado de cada uno de los participantes en la cadena de valor (ver página 3).

No menos importante que el aumento del volumen de tomates es el significativo incremento en tan sólo un año, de la capacidad instalada de las fábricas locales para procesarlo. Para el 2018 se espera que el 70% de la producción local será procesada en San Juan, saliendo sólo el 30% restante a industrias de la provincia de Mendoza. En este rubro se observa un crecimiento notable, dado que este año el 50% del tomate sanjuanino se fue a la vecina provincia para su industrialización. 

Una de las que se está agrandando es La Campagnola, del grupo Arcor y la más grande de la provincia, que esta temporada procesó unos 70 millones de kilos y para la próxima campaña lo elevará a unos 112 millones aproximadamente, es decir, un crecimiento del 60% en la industrialización. Eso se suma a otras inversiones de ampliación como las de Almar-Jettro, que hacen ilusionarse con que a corto plazo San Juan podrá absorber todo el tomate que produce. Las autoridades provinciales calculan que eso ocurrirá hacia el año 2020, cuando además entraría en producción la futura fábrica estatal de tomates. Para entonces se calcula que San Juan llegará a alcanzar una superficie de alrededor de 2.600 ha de tomates.

Riego por goteo

95 por ciento de la superficie cultivada de San Juan cuenta con riego por goteo. Se trata de un crecimiento contundente desde el año 2006 cuando solamente el 1 por ciento del área cultivada contaba con este riego. Los rindes pasaron de 50.000 kilos por hectárea, a 105.000 por hectárea con este sistema.

Situación nacional

La producción de tomates con destino industrial en Argentina en la temporada 2016-2017

alcanzó a 488.000.000 kilos en 6.195 hectáreas cultivadas, según el ultimo informe de la Asociación Tomate 2000. Estas cifras significan con respecto a la temporada anterior un aumento del 20,1 % en la producción y una disminución del 22% en la superficie cultivada. La citada cosecha fue la segunda más importante de la historia, luego de la campaña 2014-2015 de 535.000.000 kilos.

La combinación de una mejor aplicación de la tecnología, combinada con un clima normal en Cuyo y La Rioja que conforman el 69% de la superficie cultivada del país fueron las principales causas de estos números productivos. La disminución de la superficie ocurrió principalmente en Mendoza por una mala campaña anterior debido a una generalizada ocurrencia de granizos y lluvias que descapitalizó el sector productivo sumado a la no operatividad con productores de dos empresas importantes como son Baggio y IAMSA por distintas causas.

Razones del crecimiento

Ariel Lucero Reinoso

Sec. de Agricultura

Esta cadena del tomate industrial tiene la particularidad de que tiene un crecimiento constante en los últimos 20 años, independientemente de las medidas económicas y del rumbo del país. 

El tomate para industria cada año aumenta en superficie, aumenta en rendimiento, aumenta en producción, en incorporación de tecnología. Todo es aumento. No conozco ninguna cadena que tenga ese comportamiento.¿A qué se debe ese crecimiento sostenido? Hay varios factores, climáticos, tecnológicos, avances de control de plagas y varios más. Pero lo que hay destacar en este cultivo y que no tiene ningún otro, al menos en esta provincia, es que existe un trabajo integrado de la cadena productiva. Eso se logró a través de la creación hace 20 años de la Asociación Tomate 2000, fundada para desarrollar la investigación y transferencia de tecnología. Esta entidad logró nuclear al que hace la semilla, al vivero que hace el plantín, al productor que siembra el tomate, a la industria que lo procesa, a la empresa que transplanta, al que cosecha, a la empresa que fabrica el tetra y a las empresas que fabrican máquinas. Están todos sentados en una mesa, tienen un horizonte y dicen allá vamos.