Después de una pandemia en la que hubo un derrumbe histórico de la actividad gastronómica, el segmento de los restaurantes y casas de comida en la provincia enfrenta ahora un contexto inflacionario que complica sobremanera el funcionamiento y la oferta, al punto que en el sector reconocen que han llegado al extremo de tener que retocar las cartas cada 2 a 3 días. Y que sólo en el último mes, agravado por la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía de la Nación, los precios de los insumos se han incrementado hasta un 25%, monto que, paulatinamente, se ha ido incorporando al costo de la cuenta de los consumidores. Lo cierto es que los empresarios dedicados a esta actividad enfrentan por estos días un panorama dramático que pega en la rentabilidad y complica la conformación de las listas de precios.

Lo bueno dentro de este panorama complicado es que no se ha reducido la cantidad de comensales que en San Juan eligen salir a comer, según reconoce Rubén Miadosqui, de la Asociación Hotelera Gastronómica de San Juan. "El sector gastronómico está trabajando muy bien e incluso está faltando personal, por ejemplo mozos y personal de cocina", reconoció el dirigente, quien también posee un restaurante en la avenida Central.

Los mayores incrementos que está padeciendo la actividad en los últimos tiempos son en insumos básicos como la carne, fiambres, lácteos y la panificación. A pesar de eso, Miadosqui dijo que ni la calidad ni el tamaño de las porciones se puede tocar porque el cliente "lo percibe inmediatamente y no vuelve más". Y por eso estas acciones no están entre las opciones para mantener los costos.

Otro de los efectos de la situación es que no pueden hacer reservas para mucho tiempo para adelante. "Nos comprometemos a tener el lugar disponible de acuerdo a la cantidad de comensales, pero el precio se ajustará a los valores de la carta de ese día", explicó el presidente.

Como para tener una idea de los valores actuales de salir a comer hay que pensar que un ticket promedio de una pizza con una bebida parte desde los $2.500, mientras que una opción superior, de entrada, plato principal, postre y bebida puede llegar a los $7.000 por persona. Una opción intermedia para 2 personas, de entrada, plato y postre puede estar en los $5.000.

Otra costumbre de los sanjuaninos es el lomo, un sandwich con carne, huevo, lechuga y tomate, al que se le puede ir incorporando otros ingredientes como verduras asadas, distintos tipos de quesos y el tocino o panceta. Un experimentado empresario del rubro, Roberto Putruele, de Lomos Pirandello y con 34 años en la actividad, contó que el seguimiento del precio de los insumos "es de todos los días con contacto permanente con los proveedores". Y agregó que "la calidad se mantiene siempre porque es lo que nos ha permitido perdurar durante tanto tiempo". Y que una de las cuestiones que han tenido que resignar en épocas de alta inflación como las actuales son las promociones. "Imposible mantenerlas cuando los precios de los productos están subiendo en forma permanente".

Un lomo tradicional, con tomate, lechuga y carne, acompañado de una guarnición de papas, parte desde los $800 y puede llegar a los $1.300, con el agregado de queso y panceta. En la opción del lomo al plato el punto de partida son los $1.400.

"La gente sigue saliendo a comer, no ha caído la cantidad de comensales", dijo el empresario. Para pelearle a la crisis contó que en los últimos tiempos incluso ampliaron la carta con, por ejemplo, porciones de punta de espalda a la parrilla, un corte de carne típico de San Juan.

Después de que el sector la pasó muy mal durante la pandemia, Miadosqui dijo que llevan unos 5 meses trabajando muy bien, pero que la actual época de bonanza les está sirviendo para pagar las deudas asumidas durante la pandemia, en la que los locales gastronómicos llegaron a estar unos 5 meses cerrados. A pesar de eso, tuvieron que mantener personal, alquileres y gastos de funcionamiento como electricidad, gas y otros servicios.

En la actualidad hay en la provincia unos 180 locales funcionando, contando restaurantes, lomotecas y casas de comida. Y han debido recurrir a cursos de capacitación, sobre todo de mozos y personal de cocina, porque muchos empleados migraron a otros rubros y ahora no tienen la cantidad suficiente para atender la demanda.

 

Con expectativas

Otro sector que también se está recuperando de la pandemia y que tiene una preocupación particular es el de las agencias de turismo. Es porque están a la espera de que haya definiciones sobre la puesta en marcha del PreViaje 3, el plan del Gobierno nacional que reintegra el 50% del valor del paquete comprado con un crédito para viajar y disfrutar de cualquier destino dentro del país. Es porque toda la actividad está en stand by a la espera de la puesta en marcha del programa, con la venta de paquetes turísticos frenada y sin poder cerrar operaciones con los proveedores de los servicios.

La mayor preocupación de los operadores está centrada en la suerte del programa, que ya fue anunciado por el ministro Matías Lammens, pero quedó envuelto, desde hace varias semanas, en un estado de incertidumbre por el contexto económico y la crisis política desatada tras la salida de Guzmán. Y ahora se sumó la llegada al poder de Sergio Massa.