La falsificación de vinos en el mundo sigue siendo muy grave. La pasada semana dimos cuenta del escándalo de falsificación de vino rosado español por francés. La pasada semana, La Guardia Civil, en el marco de la Operación "Tag", desmanteló una organización criminal dedicada a la falsificación, distribución y venta de vinos falsificados de prestigiosas marcas de la DOP Ribera del Duero. Todo por la queja de un ciudadano danés que devolvió tres botellas de Vega Sicilia porque se dio cuenta de que era falso y, especialmente, a partir de la denuncia puesta en octubre de 2017 por la bodega Pingus cuando se percató de la venta en internet de botellas falsificadas.

En la publicación de Agronegocios, del grupo Eumedia, se explica que se procedió a la detención de 4 personas de varias nacionalidades (española, argentina y colombiana) y a la investigación de otras 4 por los supuestos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la propiedad industrial, contra la salud pública, estafa y blanqueo de capitales.

Por su parte la agencia Reuters informó que la estafa supera el millón y medio de euros y que la maniobra venía desde el 2014. Las botellas contenían en realidad un vino de calidad que compraban al por mayor en palés de 500 botellas a una bodega con denominación de origen Ribera del Duero a un precio por unidad de 19 euros.

Por su parte el portal Vinetur informó que entre los arrestados e investigados, hay cinco españoles, dos colombianos y un argentino. Tres tienen antecedentes por robos y estafas. Al frente de todos ellos estaba el dueño del restaurante de Cerceda "Don Alex", conocido como Alex de Cerceda, de 52 años. En este restaurante su dueño realizaba ventas bajo reservas muy limitadas. Además organizaba catas privadas con expertos a los que ofrecía los supuestos vinos de imitación haciéndolos pasar por los de alta gama con el fin de descubrir cuáles se parecían más a los que quería falsificar.

En la operación se realizaron seis registros de manera simultánea en las provincias de Madrid, A Coruña y Málaga siendo tres de ellos en domicilios de los principales responsables de la red y los otros tres en sedes mercantiles al tratarse de un restaurante y una nave, según la Guardia Civil. En estos registros los agentes hallaron numerosos efectos y documentos relacionados con la investigación, entre los que destacaban más de 1.600 etiquetas falsificadas de diferentes marcas, 28 botellas de vino falsificadas, sellos, tampones, multiherramientas, troqueladoras, moldes y planchas metálicas, etiquetas y contraetiquetas, cajas de embalaje de madera a nombre de una de las empresas perjudicadas, así como diverso material informático e impresoras.

Asimismo, se ha intervenido documentación comercial que acredita las actividades ilícitamente desarrolladas y que permitió comprobar la venta de más de 1.500 botellas de vino de diferentes marcas desde el año 2014, estimando que el grupo ha podido obtener un beneficio de más de un millón y medio de euros solo con las botellas de la marca "Pingus", aunque podrían ser mayores con la falsificación de la marca "Vega Sicilia."

La investigación se inició el pasado mes de octubre a raíz de una denuncia presentada en la localidad de Navalcarnero (Madrid), por el responsable de una prestigiosa empresa de vino, donde manifestaba sus sospechas sobre la venta de botellas de su marca a través de una página web que podían ser falsas.

Por tal motivo, los agentes pudieron constatar a través del análisis del portal web de venta, cómo efectivamente se estaba comercializando esta marca y por la que en algunas ocasiones el precio de venta al público de la botella falsificada ascendía a más de 1.900 euros.

Continuando con la investigación, se pudo conocer que había más marcas perjudicadas.

Para la falsificación y venta, la organización adquiría vino con propiedades similares y de la misma denominación de origen, pero a un precio mucho más económico. Por ejemplo, botellas de la serie "Valbuena 5º"de la bodega Vega Sicilia, a un precio de unos 100 euros por botella y aún así el más económico al ser un vino más joven.

Posteriormente, lo envasaban en botellas con características similares, pero de marcas mucho más caras, como las de la serie "Vega Sicilia Único", con un coste, según añada. de entre 1.000 y 1.900 euros por botella. Y lo mismo hacían con otras marcas de prestigio de la DOP Ribera del Duero, como "Pingus".

También, adquirían corchos y tapones parecidos a los de las marcas, para serigrafiarlos con una máquina de fabricación casera que habían diseñado para estampar los logos y anagramas.

En cuanto a las etiquetas y las contraetiquetas las adquirían en una imprenta de A Coruña, aunque la organización disponía de un taller donde con sistemas informáticos avanzados las conseguían escanear.

Una vez finalizado el proceso de falsificación procedían a la venta y distribución del vino a través de tres vías. La más habitual era mediante un portal web especializado en vinos en el cual algunas de sus botellas se vendían por más 1.900 euros.

También utilizaban como establecimiento de venta un restaurante situado en A Coruña, donde incluso se hacía catas con clientes para que identificaran los vinos más parecidos a los falsos Ribera del Duero para adquirirlos,.E incluso contaban con una página web dedicada a las subastas a nivel internacional y vendían los vinos falsificados en establecimientos hoteleros en Marbella (Málaga)

Cabe destacar, que en los registros practicados se ha encontrado cajas de madera, ceras de lacre, cápsulas de botellas de diferentes colores así como collarines y bases metálicos con los que los encartados adornaban y terminaban las botellas para darles un aire más convincente y exclusivo.

La investigación continúa abierta y no se descarta que haya otras marcas implicadas y más personas integrantes de la organización.