Una noticia positiva para el sector del vino es que pese a la tendencia negativa mundial en el consumo del vino, España parece haber recuperado su consumo. Algo a tener en cuenta ya que es un gigante mundial en vitivinicultura.


Los datos más recientes del Observatorio Español del Mercado del Vino, sobre las informaciones del Ministerio de Agricultura y las declaraciones de las bodegas, muestran que el consumo de vino en España ha crecido un 7,2% hasta septiembre de este año, mejorando la línea de estabilidad en la que se encuentra desde 2011.Sin embargo este dato se produce tras varios años continuados de caída en el consumo.El consumo de vino en España parece atravesar un buen momento. Así lo atestigua el análisis realizado por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), sobre los datos que se desprenden del sistema de información vitivinícola (Infovi) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a partir de las declaraciones de las bodegas españolas y, según los cuales, el consumo estimado de vino en España hasta septiembre se ha acercado ya a los 11 millones de hectolitros.


Estos datos, que configuran el consumo aparente de vino en España, muestran una tendencia positiva tras siete años de estabilidad sobre los diez millones de hectolitros. Esta cifra es más completa que la exclusivamente referida a compras en tiendas y supermercados ("consumo en hogares"), e incluso a los que añaden el consumo en bares y restaurantes.


Para conocer con más detalle el consumo global de vino y los distintos y muy numerosos canales por los que llega al consumidor español, la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) encargó un extenso trabajo al Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV).


 En este informe se analizan los canales de distribución no estudiados hasta la fecha, de creciente importancia, como las ventas en tiendas especializadas y vinotecas, los clubs de vino, las ventas por internet y las ventas directas en bodega, que pueden suponer hasta un tercio del consumo total de vino en España. Esto, sumado a los tradicionales datos sobre ventas en el canal de alimentación (tiendas, supermercados e hipermercados).


Cabe destacar que se aprecia un crecimiento notable de las ventas directas desde bodega, fruto de los cambios que se están produciendo en la distribución del vino y del auge del enoturismo. Esta estimación más completa es la que sitúa al consumo real de vino en España sobre los once millones de hectolitros y en crecimiento.


Tanto los análisis del OEMV, como diversos estudios de mercado recientes muestran que las claves para la más reciente estabilidad e incluso crecimiento del vino se sitúan en la importancia de las denominaciones de origen, a las que los consumidores españoles muestran gran estima, así como en la progresión del vino blanco y la innovación: nuevos tipos de vino, nuevos varietales de uva, nuevas zonas de reconocido prestigio, incluso nuevos productos a base de vino como vinos de menor graduación alcohólica, sangrías y tintos de verano, y también nuevas formas de presentar y distribuir el vino en cuanto a los envases, las etiquetas o el servicio por copas en bares y restaurantes. 


El vino está nuevamente de moda en España, como lo está, crecientemente, en muchos países del mundo y, según declaran diversos especialistas tanto españoles como extranjeros, sus perspectivas de crecimiento para los próximos años, son buenas.

España: primer país productor 

En 2018 volvió a alcanzarse la cifra récord de producción mundial de vino, lo que ha supuesto un incremento sobre la del año anterior del 17,3%. En 2019, en cambio, debido a las adversas condiciones climáticas se prevé una caída de la producción. España es el tercer país productor mundial con un 15,2%, por detrás de Italia (18,8%) y Francia (16,6%). Sin embargo, España lidera las exportaciones mundiales de vino con el 19,6% del total y se sitúan por detrás Italia con un 18,3% y Francia con un 13,1%, pero cae en tercer lugar en cuanto a valor. Respecto a las exportaciones de vino en valor, Francia se sitúa en primer lugar duplicando su cuota respecto a la que tiene en volumen (29,6%), mientras que en España se produce justamente el efecto contrario al rebajarla a la mitad (9,2%) y cae hasta el tercer puesto. Italia permanece en la segunda posición con una cuota muy similar (19,4%). La causa de estas alteraciones son los tipos de vinos exportados, que en Francia se concentran en los espumosos y envasados cuyos precios son elevados (especialmente el de los primeros); mientras que las exportaciones españolas se realizan mayormente a granel. El país de mayor consumo es Estados Unidos, que en el 2018 supuso el 13,4% del total mundial, seguido de cerca por Francia, con un 10,9%. Detrás se situarían Italia, Alemania y China que representan, respectivamente, el 9,1%, el 8,1% y el 7,2% del volumen global, lo que es especialmente significativo en el caso de los dos últimos al tratarse de países con reducida producción. España se sitúa en el octavo puesto, con un 4,3%.