La comisión evaluadora del impacto ambiental del proyecto de cobre y oro Josemaría está en su etapa final y se espera que esté finalizando su tarea durante el primer trimestre de este año, según dijeron fuentes del sector minero. Se trata del paso previo para iniciar la construcción de la mina, con una inversión de unos 4.100 millones de dólares, tarea que promete contribuir a cambiar la economía de la provincia por la creación de empleo y riqueza. En el Gobierno provincial prefieren no hablar del tema.

El informe de impacto ambiental presentado por Deprominsa SA, operador del proyecto, es un documento que contiene unas 2.600 páginas, con la descripción pormenorizada de cómo se hará y qué cuidados tendrá la empresa para el procesamiento de los metales, como cobre, oro y plata. Y también contiene los detalles para el cierre de la mina y que no quede un pasivo ambiental.

Mientras tanto hay algunas señales que contribuyen a abonar la idea de que la aprobación del impacto ambiental es inminente. Por ejemplo la compra por parte de la empresa de unas 200 camionetas Toyota, necesarias para la operación del proyecto, como así también el inminente traslado de las oficinas a un lugar más amplio, aunque todavía no se conoce el destino final.

En la tarea de análisis del informe presentado por la compañía trabaja la Comisión de Evaluación de Impacto Ambiental, integrada por representantes del Ministerio de Minería, Ministerio de Salud Pública, el Departamento de Hidráulica, el Instituto Nacional del Agua, la Dirección de Planeamiento y Desarrollo Urbano, la Dirección de Recursos Energéticos, el Centro de Investigación para la Prevención de la Contaminación Ambiental Minero-Industrial (CIPCAMI), el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), las universidades Nacional de San Juan y Católica de Cuyo, la Secretaría de Ambiente, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Secretaría de Agroindustria y Ganadería.

La actividad no ha sido fácil e incluyó, por ejemplo, una etapa de consulta pública a la población, en la que cualquier persona o institución pudo hacer objeciones o pedir aclaraciones. Buena parte de los planteos tuvo que ver con el uso del agua, en medio de una fuerte crisis hídrica por la que atraviesa la provincia, y el resto fueron cuestiones relacionadas, por ejemplo con el impacto social y económico del emprendimiento en las zonas de influencia, tanto en Iglesia, donde está la mina, como en un departamento muy cercano como es Jáchal.

El informe contiene, por ejemplo, los datos del proyecto y el marco legal, la localización y los modos de acceso, la descripción de los componentes de la línea de base ambiental y social, una descripción general del emprendimiento con el detalle de las reservas minerales estimadas, la descripción de la construcción y operación, el cierre de la mina y la descripción del impacto ambiental, incluido el plan de manejo ambiental y los planes de acción previstos en el caso de contingencias.

En la tarea se revisión hubo, por ejemplo, reparos a la opción elegida para construir uno de los muros del depósito de colas, el más alto, de casi 200 metros de altura, donde el material de relaves remanente del proceso de extracción del mineral iba empezar a acumularse en sentido de aguas abajo. Ese diseño generó desconfianza en los representantes del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, porque el proyecto se ubica en una zona sísmica, y exigieron cambios.

La planta de Josemaría va a procesar 150 mil toneladas diarias de rocas para extraer 3 kilos por tonelada de cobre, además de oro y plata, mediante un sistema de flotación que insumirá 515 litros por segundo diarios de agua. Este elemento provendrá de dos campos de pozos, que se irán alternando en el suministro. En una exposición ante periodistas a fines del año pasado, directivos de la compañía reiteraron que el 85% de esa agua se va a reutilizar.

  • Los datos clave

El emprendimiento Josemaría es una mina de cobre y oro, y está localizado en Iglesia, al norte de la provincia de San Juan. Limita hacia el oeste con Chile y al norte con el departamento de General Lamadrid, en La Rioja. Todas las instalaciones del proyecto se van a desarrollar en San Juan, con una altitud comprendida entre los 3.700 y los 5.300 msnm. Para llegar hasta el proyecto se contempla la construcción de un camino que atravesará los parajes de Angualasto, Buena Esperanza, Malimán, La Chigua, y El Chinguillo.

El proyecto contempla una inversión inicial de U$S 4.100 millones para la construcción y U$S 830 millones en la operación del emprendimiento. La construcción está prevista a partir de la declaración del impacto ambiental del proyecto, por lo que hay tanta expectativa con esta etapa. Se calculan 3,8 años de construcción de la mina, incluido el camino, y 19 años de operación.

VIDA

19  Es la cantidad de años de vida útil que se estima que tendrá el emprendimiento minero. Claro que la empresa seguirá explorando.