Si comparamos la comercialización de vinos y mostos entre los meses de enero y septiembre de este año con el 2011, los datos que entrega el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reflejan un aumento del 31,05 % para las exportaciones de vinos, un 10,33 % para mostos y un leve incremento del 2% para el mercado interno. A modo general entre el mercado interno y externo en los nueve meses del año se vendieron un total de 10.110.764 hectolitros de vino, registrando un así un aumento del 8,55%, en comparación con igual período de 2012. Analizando en particular el destino de los vinos argentinos, durante los primeros nueve meses de 2012, se exportaron 2.756.172 hectolitros y 110.647 toneladas de mosto. Al mercado interno se despacharon 7.354.592 hectolitros. Una nota del 11 del corriente mes en el sitio Area del Vino refleja en su título ‘Argentina ya exporta 1 millón de cajas menos‘ y el Diario Los Andes en su suplemento Fincas refleja la misma nota pero con título ‘En ocho meses, Argentina dejó de exportar 12 millones de botellas‘. Se refería a la caída de vino fraccionado en botellas para cajas de 9 litros (12 botellas de 750 cc). Debo confesar que primero los títulos me sorprendieron por la magnitud de las cifras y segundo por la seriedad y buena información que brindan estos sitios con periodistas especializados. No obstante dude de estos números.
Un párrafo de la nota señala que ‘las consecuencias de los consabidos problemas de la vitivinicultura argentina llegaron para quedarse. Un análisis realizado por Área del Vino, indica que en los primeros 8 meses del año, las exportaciones de vino fraccionado en botella tuvieron una caída interanual en volumen de 1.051.386 cajas. Pero la nota periodística de referencia está lejos de la verdad y de la catástrofe como se la presenta. Al contrario en esos 8 meses Argentina exportó más vino fraccionado en botellas que en el 2011. En el sitio Observatorio Vitivinícola Argentino podrá encontrar los datos. En esos 8 meses la exportación acumulada de vinos en botellas de 750 cc para este año es casi 2 millones de litros más que el año pasado, reflejado en cifras unas 222.000 cajas más de vinos o si lo prefiere de otra manera más de 2.663.000 botellas.Con los datos nuevos de setiembre si ya se refleja una caída en este rubro pero sólo del 2,71 %. Se viene apuntando desde algunos gerentes de bodegas y que un sector de la prensa repite hasta el cansancio que la Argentina pasa por una crisis en su vitivinicultura debido a una mala política económica, apuntando el cepo al dólar, las trabajas a las importaciones, y los retrasos en la recuperación del IVA entre otros.
Incluso ya vaticinan algunos pronósticos de que el 2013 será complicado. Otros se quejan que Argentina ha crecido con la venta de vino a granel y que esta dejando de fraccionar perdiendo valor agregado. Pero por otro también se quejan del alto salario de la mano de obra de un obrero aduciendo que su costo es el 50 % del valor del vino cuando antes era del 33 %. Se sabe que si se quiere fraccionar hay que ocupar empleados. Muchas pálidas para mi gusto. Muy poco se dice de las grandes ganancias, legítimas por cierto, de los últimos años del sector exportador al que pertenecen las grandes bodegas, o de la millonaria exención impositiva que reciben del Gobierno Nacional para invertir en la producción de vinos espumantes, o de la inserción de los productores chicos a la cadena vitivinícola a través del programa Proviar e incluso de la buena idea de reflotar el Vino Turista para elevar el consumo interno. Es cierto que hay cosas por mejorar.
Es verdad que Argentina ha ingresado este año en una meseta y que se frenó el crecimiento de sus exportaciones de vinos desde el 2005, período donde pasó de 307 millones de dólares anuales al récord de los 837 millones de dólares el año pasado. Pero de ahí a vaticinar catástrofes no es serio y bueno para el país.
