En la provincia de San Juan, la percepción popular es de que la marcha de la economía de país se ha congelado, tras un par de años de crecimiento incuestionable, y ‘siente’ que las cosas van a seguir así al menos en lo que resta de este año y el próximo. Sin embargo, aún hay un porcentaje interesante de consumidores que sigue, o planea seguir de compras, aprovechando el financiamiento existente en plaza. Así lo indica una encuesta que acaba de realizar el Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales (IOPPS) para DIARIO de CUYO entre el 24 y 27 de abril último, a 450 personas de la Capital y el Gran San Juan. El 40% de los sanjuaninos consultados en ese momento dijo creer que el país, económicamente, va a estar igual que ahora y un 30% sostuvo que va la situación va a empeorar. En el mismo sentido, un contundente 53,6% de los encuestados afirmó que la economía del país se ha estancado, que mejoró en años anteriores pero que ahora no lo está haciendo, y sólo un minoritario 18,5% se mostró en desacuerdo y aseguró que la situación ahora está mejor que antes.

Pese a que la mayoría admitió que algo no anda tan bien en la economía, al indagar sobre las compras y el poder adquisitivo las respuestas tuvieron matices sorprendentes: más de la mitad de la gente ve un momento positivo para compras importantes de electrodomésticos, motos y autos. El 32,5% dijo que sí es ‘un buen momento’, mientras que ‘posiblemente’ fue la respuesta de otro 21,3%. Un 46,2% respondió negativamente. Entre los que contestaron afirmativamente, una mayoría del 62,7% señaló a la financiación en cuotas como el factor clave para la adquisición de los productos. Y un 20,9% agregó que prefiere comprar ahora antes de que suban los precios. La mayor sorpresa fue en cuanto a los sueldos, porque la mayoría dijo que la plata le alcanza: un 41,7% dijo que aunque ‘justo’, llega a fin de mes y un 15,9% dijo que llegaba holgado, totalizando entre ambos un 57,6%.

¿Vamos mal pero estamos bien?

Los resultados no dejan de plantear cierto desconcierto preliminar, básicamente porque no resulta fácil entender cómo es que la adquisición de bienes durables (electrodomésticos, motos, vehículos) que es un clásico indicador de confianza en la marcha de la economía de un país, vaya de la mano de una percepción de estancamiento o enfriamiento de la situación económica, lo que es un clásico indicador de desconfianza a las políticas económicas nacionales.

‘Es que la mayoría cree que la economía del país no va a producir grandes cambios, más bien, percibe que va a haber una continuidad de lo actual, pero no ve esta situación como algo trágico’, explicó Antonio De Tomasso, titular del IOPPS, la entidad que hizo la encuesta. ‘La mayoría percibe que la economía se ha estancado, pero eso no quiere decir que esté mal, simplemente piensa que está ‘congelada’; no mejora, pero tampoco empeora. Ante ese escenario el ‘humor’ de la gente está expectante: percibe que está todo quieto y no se asusta, pero tampoco abriga la esperanza de que su situación personal vaya a mejorar, siente que su situación económica se va a mantener, entonces sigue comprando el electrodoméstico y pagando su cuota a largo plazo’, opinó. Para el economista Eduardo Coria Lahoz (ver aparte), todas las respuestas conducen a un escenario con luces amarillas. Américo Clavel, otro economista, atribuyó el consumo a una suerte de carrera para ganarle a la inflación, con cuotas fijas en pesos que se van licuando con el tiempo y los ajustes salariales. También atribuyó una profundización de la inflación a partir de la estatización de YPF (ver aparte).