El domingo 8 de octubre nadie en California, Estados Unidos, nadie podía imaginarse que de un momento a otro miles de hectáreas y poblaciones sería destruidas por el fuego iniciado como consecuencia de incendios forestales. El viento ayudó y mucho a que esto fuera incontrolable. En medio de la catástrofe, las regiones vitivinícolas al norte de San Francisco sufrieron la quema de sus viñedos y bodegas, lo que ocasionó pánico en las regiones vitivinícolas de Napa, Sonoma y Mendocino. Como resultado del efecto destructivo del fuego son más de 35 las víctimas fatales hasta el momento.

Muchos viñedos fueron destruidos o afectados, según los medios, entre ellos la famosa bodega Stag"s Leap Wine Cellars, que adquirió renombre mundial en 1976 cuando superó a grandes vinos franceses en una competición conocida como el "Juicio de París". Se emitieron órdenes de evacuación, en particular en los condados de Napa y Sonoma, y las autoridades publicaron la lista de los refugios disponibles para las víctimas.

Según la agencia de noticias AFP, los incendios también provocaron el cierre de autopistas y carreteras locales para evitar daños mayores en la población.

Viñedos enteros han sido barridos por las llamas, aunque la mayor parte de las cosechas ya había tenido lugar, pero tomará años replantar las viñas y tiempo antes de que comiencen a producir vino. Una industria que genera 46.000 puestos de trabajo y más de 13.000 millones en ganancias solo en el condado de Napa y 50.000 millones en todo el país.

El enoturimo de la región es la segunda en importancia en ingreso de divisas luego del primer lugar que ocupa el turismo de Disney.

Barriles carbonizados consumidos por las llamas, un fuerte olor a alcohol quemado, la sala de degustación hecha escombros: Paradise Ridge de California dejó de ser un paraíso para los amantes del vino.

Ubicada en las colinas de Santa Rosa, es una de las vitivinícolas arrasadas por los feroces incendios en el centro de California, que ya dejaron unos 15 muertos, obligaron a miles a abandonar sus hogares y destruyeron al menos 2.000 estructuras. Otras bodegas se vieron igualmente afectadas, no solo en su estructura sino en su cosecha, muy comprometida.

Hay viñedos afectados por las llamas, aunque la mayor parte de la cosecha ya había sido levantada.

Nunca se ha visto algo parecido en la región y la gente está impresionada por lo rápido que se expandió. Los empleados de la Signorello Estate Winery lucharon toda una noche contra las llamas hasta un punto en que llegaron a los edificios y tuvieron que evacuar. El lugar terminó incinerado, al igual que Frey, otro elaborador de vinos.

En la Donelan Family Wines, solo quedaron chimeneas, carros quemados y árboles cocinados. Sus vides están a salvo por el momento, pero que como están ubicados en una zona de evacuación, el fuego no está bajo control y hay viento, por lo que no hay manera de saber si están fuera de peligro.

La gente ha perdido todo, viñedos con mucha historia han sido barridos por las llamas. Vecindarios se redujeron a cenizas. En este tiempo del año, la mayoría de las uvas fueron cosechadas, aunque las mejores uvas -Cabernet y Merlot, que dan el mejor y más costoso vino- son recogidas luego. En este momento por ejemplo, solo la mitad fue recolectada. Y muchos frutos estarán afectados por el humo y serán inutilizables. Eso generará que la producción caiga y los precios suban en los próximos dos o tres años.

Hay 60.000 hectáreas de viñedos plantados en el norte de California . Esta región del vino atrae además a unos 3,5 millones de turistas al año.

Sus empresarios sostienen que California es tan innovadora y rápida para reconstruirse que la industria del turismo podrá sobrevivir.