El consumo nacional de vinos arrojó en el global de 2012 una suba interanual del 2,38%, logrando un volumen de 10.047.424,78 hectolitros. Pero el dato saliente es que dentro de la comercialización nacional del producto se observó un fuerte alza y penetración de los espumantes, logrando un salto del 20,39%; mientras que los vinos finos retrocedieron 2,34%, según se desprende de las estadísticas que hizo públicas el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) sobre el movimiento del mercado interno el año pasado. Así mismo, el 25,22% del volumen salido a consumo nacional correspondió a vinos blancos y el 74,61% a vinos de color.

A decir del peso específico que tuvieron los espumantes en el mapa de vinos que recaen en las góndolas del país, estos vinos jóvenes representaron el 3,72% del total comercializado, logrando superar el 3,16% de un año atrás. Parece poco, pero hace una década no llegaban a un dígito. Este segmento está en pleno desarrollo en San Juan (no hay precisiones de cuánto es el volumen de este tipo de vinos que se elabora en bodegas locales), y aparece en el horizonte muy bien posicionado para ganarse un lugarcito en la franja de clientes jóvenes entre la cerveza y el fernet, que por lejos han copado el negocio.