“Sobre llovido, mojado” es un dicho que bien puede aplicarse a lo que les pasa hoy a las viñateros. Tras las últimas tormentas aparecieron focos de dos temidas enfermedades de la vid, muy dañinas, que son la peronóspora y la podredumbre, causadas por hongos que crecen por la humedad. También reapareció la ‘hoja de malvón‘, otra enfermedad dañina (ver recuadro). Ayer desde el INTA San Juan dieron el alerta sanitario en la provincia para todos los valles productivos, lo que significa que los productores que quieran mantener sus viñedos a salvo tendrán que invertir fuerte en agroquímicos preventivos y curativos, según informó la ingeniera agrónoma, María Beatriz Pugliese, del Área Investigación Viticultura en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA San Juan.

La noticia es pésima dado el incremento que han sufrido los precios de los agroquímicos, entre un 15 y un 50% más caros respecto al verano pasado, según reveló un informe de DIARIO DE CUYO publicado ayer. ‘Sí, estamos complicados. Hay que estar preparados con productos para curar porque el pronóstico dice que siguen las lluvias y todavía no empiezan las cosechas de uvas para mostos que deben quedarse más tiempo en el viñedo para tener azúcar.

Hay que salir a curar si se quiere sacar la producción’, recomendó la especialista. Pugliese no precisó cuánto es la superficie afectada, pero dijo que los técnicos del INTA han encontrado focos de hongos en todos los valles productivos.

LAS PESTES

En las últimas dos temporadas San Juan no ha escapado de los hongos generados por la humedad en los viñedos. Este año, con la tormenta del 30 de diciembre y luego otras dos en la última semana, estas enfermedades regresaron. Hasta ahora la Dirección de Asuntos Vitivinícolas dependiente del Ministerio de Producción no había recibido denuncias formales de parte de los productores. Pero en el INTA ayer ya dieron el alerta. ‘Había algo de peronóspora, pero con las últimas lluvias, y la humedad, ahora hay más. También hay focos de podredumbre en racimos de uvas de mesa, principalmente en productores que no han aplicado remedios preventivos. El problema es que se trata de la uva en fresco que está próxima a cosechar’, contó Pugliese. Es que hay que recordar que para consumir la uva debe haber un periodo de carencia tras la aplicación de los agroquímicos. Tanto la peronóspora como la podredumbre se desarrollan cuando hay temperaturas medias, rocío y días nublados.