Las casas de prestamos personales sanjuaninas están más que conformes, porque en lo que va del año y gracias al fuerte aporte de los jubilados, la toma de préstamos personales chicos -van de los $1.000 a $5.000- repuntó al menos un 30% con respecto al mismo periodo del 2009, aseguran en 6 entidades locales relevadas por DIARIO DE CUYO. Argumentan dos razones: por un lado, más confianza en la gente y principalmente, en el caso de los jubilados y pensionados, la Anses obligó a que desde febrero último las tasas de interés no superen el 3% mensual.

"La decisión de Anses de bajar la tasa de interés la considero clave para que más abuelos se hayan animado a tomar préstamos chicos. Porque ahora tienen una cuota más pequeña y se llevan la misma plata e incluso algunos prefieren ya sacar un poco más de plata ahora que bajó la tasa", aseguró Roberto Lorea, de Crediya. Las financieras parten de premisas básicas a la hora de ser competitivos y de que el negocio les cierre, porque si tienen requisitos blandos se arriesgan a que el nivel de morosidad aumente, pero con los jubilados se garantizan el pago religioso de la cuota mes a mes, ya que se lo descuentan directamente por recibo de sueldo.

Las entidades crediticias que apuestan a la tercera edad como "target" para ofrecer un producto, en este caso un préstamo, también entienden que el negocio es acotado porque los créditos son chicos. Por lo general, optan por créditos menores donde por ejemplo, el abuelo que pide $1.000, paga 12 cuotas de $119, es decir que termina devolviendo $1.428.

"Desde enero hemos notado que hay menos miedo en la gente para meterse en un crédito, interpreto que en el ánimo del potencial tomador de préstamos hay más confianza", apuntó Juan De Dios Pizarro, de Montemar.

Que las financieras apuesten más a captar a los jubilados radica en estadísticas que maneja el mercado financiero que son contundentes: los mejores pagadores de sus compromisos es la gente mayor, y por ejemplo, las casas de préstamos "tiemblan" cuando quien toma el préstamo es un menor de 30. "Los menores de 30 años son un peligro, porque como se ven con plata en la mano sacan un crédito acá, otro allá, se compran esto o lo otro, y parece que se olvidan que después hay que venir a pagar", comentó una empleada de la financiera Credilogros.

Otro dato que no pasa inadvertido para las financieras, es que para los créditos personales a empleados privados y públicos, las tasas de morosidad en la provincia son bastante bajas: de diez personas que toman un crédito, apenas una resulta generando alguna morosidad, de acuerdo a lo que se desprende del relevamiento, y además, como los requisitos en la mayoría de los comercios del rubro se unificaron saben de antemano los potenciales clientes que dejar de pagar un préstamo los puede depositar en el "fatídico" Veraz o Codesa, que son dos de los organismos que reclutan todos los datos de los morosos y que luego terminan siendo una traba en futuros créditos.