Corría el año 1963 y la minería en San Juan vivía un momento bisagra: mientras fenecían las pequeñas y rudimentarias minas de oro que habían surgido con fuerza 30 años antes en varios departamentos sanjuaninos, y surgía como oportunidad la demanda creciente de piedra caliza de Somisa, la gran empresa siderúrgica estatal que había inaugurado Frondizi en 1960 en San Nicolás. Un grupo pequeño de mineros chicos, del rubro cales y piedras calcáreas y minerales industriales como bentonita, sulfato de aluminio o magnesio, comenzó a reunirse para colaborar con el poder público y a su vez para requerirle la promoción de la incipiente industria minera sanjuanina. Así el 3 de septiembre de hace 50 años nació formalmente la Cámara Minera de San Juan y entre sus objetivos se fijó ‘promover el desenvolvimiento económico de la provincia a través del aporte del sector minero’’, una meta que alcanzó sobradamente en la actualidad. ‘’Entonces era muy poco relevante la minería en San Juan, por eso la cámara nació como un centro minero, como un club de reunión de los pequeños productores de piedra caliza que vendían a Somisa, algunos propietarios de pequeños hornos de cal, de minas metalíferas muy chiquitas que quedaban en Marayes o en Castaño Viejo, y también de bentonita’’, recordó el actual presidente, Jaime Bergé, uno de los pioneros. El grupo se juntaba aquellos años para ver cómo solucionar los dos problemas que le quitaban el sueño al sector: cómo abaratar el flete para mandar la producción en tren a Somisa, y cómo financiarse a través de créditos blandos para crecer e industrializarse.
‘’El ferrocarril y el financiamiento eran los temas que más preocupaban’’, dijo Bergé. ‘’En aquel tiempo el transporte era un problema’’ coincidió Joaquin Ares, quien recuerda las dificultades que vivió su padre y socio fundador de la Cámara Minera, José María Ares, pionero de la producción caliza sanjuanina, para poder vender a la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa) en San Nicolás. El ferrocarril en esos años no disponía de vagones aptos para transportar piedras (sólo existían los de pasajeros o los cerrados para transportar vinos o verduras), y proporcionó 30 vagones lisos, sin paredes; a los productores. ‘’Luego de un fuerte viento Zonda se cayeron muchos árboles en la bodega Graffigna en Ullum, mi padre los pidió y con ellos se hicieron las primeras barandas para poder transportar el producto en los vagones’’, contó Ares. En esos años, el primer presidente de la Cámara, Antonio Pastor; fue el coordinador entre el ferrocarril San Martín y los caleros, y consiguió que 30 vagones de 50 toneladas cada uno saliera diariamente, de lunes a domingo; desde San Juan hacia la acería estatal.
DEL SULFATO Y CAL, A LOS METALES
Si la primer década de la Cámara Minera fue la de la piedra caliza, las dos décadas siguientes (del ‘73 al ‘93) estuvieron signadas por el auge de la industria calera, con la apertura de grandes hornos; y el sulfato de aluminio. Este último tuvo auge durante los años 83 al 88 (gobierno de Alfonsin) en que se logró el contrato con Obras Sanitarias de Buenos Aires y se mandó sulfato de aluminio de Calingasta para potabilizar el agua. La privatización que hizo posteriormente el gobierno de Menem sepultó este negocio. No así el de la industria de la cal, que no solo creció traccionada principalmente por las 7 u 8 acerías que habían nacido en esos años en el país, sino que además encontró la veta internacional y comenzó a exportar. ‘’El 10 de octubre de 1998 El Volcán comenzó a exportar cal a Chile, a Los Pelambres y a Codelco, para ser utilizada en la industria del cobre’’, recordó Ares cuya firma fue la primera en exportar en la provincia. En la actualidad hay al menos cinco caleras multinacionales exportadoras. En 1995, la nueva Ley de Inversiones Mineras fue el envión para las grandes exploradoras que impulsaron en los últimos 20 años la gran minería metalífera. ‘’San Juan hoy tiene una poderosa industria de la cal y también una poderosa industria metalífera de oro y plata’’, graficó Bergé. En sintonía, la entidad agrupa actualmente no solo a pymes sino a los grandes jugadores del metal.