Ya entregaron lo suyo las viñas y ahora es tiempo de fermento, piletas, trasiego y cuidados y mimos de cubas durante la gestación. Terminada la cosecha hay una primera y optimista conclusión: En términos globales la cosecha fue mayor de lo que temían los más agoreros; la calidad es óptima para hacer mejores vinos, mostos o pasas y estamos frente a la posibilidad de asumir una política vitivinícola inteligente que nos permita equilibrar stock y demanda y cuidar que los precios no nos maten la gallina ponedora. Porque en definitiva si el resultado de tanto esfuerzo no se vende -por precio o calidad- todo se derrumba en mera dialéctica y esperanzas frustradas. No es corto el desafío, claro.
La temporada 2010 aportó en todo el oeste vitivinícola una cosecha globalmente superior en un 20% respecto de la vendimia del año anterior. En los números finales, San Juan aportó 643 millones de kilos de uva, descubando unos 289 millones de buenos vinos y 154 millones de litros de mostos. Mendoza recogió poco más de 1.807 millones de kilos y procesa en sus bodegas alrededor de 1.005 millones de litros de vinos superadores en calidad respecto a la elaboración anterior. Derivó uvas consiguiendo unos 163 millones de mostos. Esto es, en toda la región vitivinícola se habrá derivado a la elaboración del concentrado, aproximadamente un 18% de la cosecha actual (el acuerdo interprovincial era de no bajar del 20 %). El grado al final -si bien menor al del año pasado- midió 12.86º entre las dos provincias en blancos y tintos, que permitirá "una buena conservación de los vinos por su aporte de alcohol". El promedio de las tintas de San Juan dio 12,92º y 13.04º y en Mendoza las tintas sumaron 13.22º y 12.74º para el juego de las blancas. Así las cosas, si bien exportaremos menos mostos concentrados (se están procesando unas 95.000 toneladas), lo cierto es que estamos ante la posibilidad de "trabajar" un equilibrio saludable entre existencias y posibilidades de consumo, es decir la condicionante demanda interna y exportadora.
¿Y los precios?
Al descomprimirse las tensiones sobre el mercado de vinos por las evidencias de la cosecha y la elaboración, la primera semana de mayo registró operaciones que en promedio dieron (según la Bolsa de Comercio de Mendoza, para el mercado de traslado) un promedio general de $1,35 por litro en los blancos de contado y 1.40 financiado -venían de $1,20- y los valores en los tintos se moderaron entre $2,40 y $2,50 a un promedio de $2,05 contado y $2,40 financiado. Según los primeros análisis de existencias y mercado potencial, en el INV Guillermo García supone que "con esta producción y existencias, podemos conseguir una pequeña recomposición de stock para el 2011, si nos mantenemos atentos a la demanda, interna y externa". Vale recordar que en el primero trimestre del año, se cayó la comercialización de ambos mercados en un 6 % promedio (con diferentes impulsos según si es embotellado o granel y en el interno condicionado por precios). García afirmó el viernes en Mendoza que "este panorama nos permite suponer precios más estables, lo cual permitirá planifica mejor exportaciones y recomponer el consumo del mercado interno".
Hubo muy buena calidad a pesar de la inestabilidad del verano. Dicen los que conocen de viñas y lagares que hubo mermas en algunas variedades (las más finas en el Valle de Uco, por ejemplo, sobre todo en las tintas), pero será un buen año para los blancos en calidad.
Conocidos los números de viñas y lagares, quedó pendiente para los días próximos definir -en la Comisión Asesora Técnica del INV- las cuestiones pendientes del color de los tintos (los bodegueros de Bodegas de Argentina y la UVA, Unión Vitivinícola Argentina en general piden bajarlo y los productores, el INV y algunas cámaras son reacios a ello); el grado -si será uniforme, si será diferencial por zona productora- y la fecha de liberación comercial (que en principio en el INV insisten en no tocar).

