Cuando están las ganas de emprender, no importa la edad y mucho menos la experiencia. Con esa premisa en sus manos, Susana Ibazeta (62) encaró casi de casualidad un proyecto que le permitió ser la creadora del ‘alfajor sanjuanino’. Con una vida ya hecha (3 hijos y 7 nietos), se presentó en 2007 a un concurso que organizó el Sindicato de Panaderos de la provincia para elaborar un alfajor, en donde la tableta y el relleno tenían que contener dulces tradicionales, en especial alcayota y el agregado de nueces.
Así fue que se puso a trabajar junto a su hermano (Nelson) en este emprendimiento. Fue tal la repercusión que el propio Ministerio de Turismo en el 2008 lo declaró de ‘interés turístico y cultural’. Hoy, 6 años después, sigue a fuerza de bolillo y paciencia haciendo los alfajores en su hogar.
‘’¿Cuál es el secreto? Prueba y error. Fuimos probando hacer masas de una forma y después de otra, y mi familia las comía y me decía si le gustaba o no. Así hasta que llegamos a una masa que nos complaciera a todos. Ya teníamos la masa, sabíamos que el relleno era alcayota, las tapas le poníamos glasé y en el contorno del alfajor le espolvoreamos nueces picadas bien finitas’’, contó Susana, que en su casa del Barrio Cabildo, en Rivadavia, se encarga de hacer sus alfajores.
Todo lo hace a pulmón. Hace un tiempo que viene tramitando la chance de hacerse con algunas herramientas, y en ese sentido tiene encaminados los trámites en el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia. A la hora de venderlos, Susana canaliza todo a través de pedidos que se generan por el ‘’boca a boca’’ y en la participación de algunas ferias en donde presenta ‘El alfajor sanjuanino’ (así es la marca con la que lo comercializa). Y a pesar de la repercusión que tuvo su creación, ya piensa en hacerse con otra: ‘’Estoy viendo qué combinaciones son buenas, siempre sanjuaninas, para armar otra tableta’’, adelantó Susana.