Las plantas, principalmente las vides y algunas verduras, adelantarán la maduración a consecuencia de la seguidilla de altas temperaturas que hubo días atrás, sumado a que el agua que disponen para regar los productores es poca, lo que hace que inexorablemente haya una cosecha temprana, advirtieron desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

El fenómeno de evapotranspiración, que se produce en las plantas cuando el calor es intenso y continuado, deshidrata a los cultivos que más agua necesitan para el ‘engorde’, provocando en el caso de la uva un estrés en las bayas, una baja acumulación de azúcar y menor intensidad de calor, lo que se traduce a la larga en un perjuicio económico. No hay que olvidar que las vides ya venían con un fuerte impacto provocado por varias pestes (principalmente en la zona Este de la provincia) que hizo que esta temporada todavía tenga un efecto residual. El tomate y la uva son dos de los cultivos que más sienten el calor porque su composición se nutre básicamente de agua.

‘Estos calores no han provocado estragos, pero sí es verdad que adelantarán la maduración de algunas frutas y veremos luego, a la larga, cuál será el impacto real en las plantas’, reconoció Juan Manuel Raigón, desde el INTA. Poniendo blanco sobre negro, el calor no es tan malo si el riego es el óptimo. Claro que en este punto hay una realidad que pone sobre las cuerdas a las plantas. Es que a pesar que el agua que trae el río San Juan (39,6 m3/s) es más que la del año pasado a esta altura, el agua que va por los canales y llega a las fincas, es algo menor: en 2010, el coeficiente de agua que fue por los canales alcanzó los 0,46 m3/s; y en este año es de 0,44 m3/s. Así las cosas y ante olas de calor, el regado a ‘manto’ debe realizarse al menos entre 24 y 48 horas previas a un pronóstico de excesiva temperatura para así asegurarse mejores condiciones del suelo. Lo mismo sucede con los viñedos regados por goteo que se los debe mojar antes de un período de calor.

El año pasado la temperatura media en el mes de diciembre fue de 25 grados, pero con extremos muy fuertes: 10,5º y 39,9º, con una diferencia de tan sólo 36 horas, algo letal para las plantas. En cambio ahora no hubo extremos, pero sí 6 días donde el mercurio subió a valores muy altos, 37 y 38 grados. Lo que resta de este mes y principalmente enero y febrero, es donde la uva toma cuerpo y se define el kilaje. Este dato resulta clave, porque ya el escenario vitivinícola marca que con las actuales condiciones reinantes, la provincia de San Juan tendrá una cosecha baja en kilos (ver página 3), al punto que algunos por lo bajo sostienen que serán unos 180 millones menos, aunque con el pronóstico de cosecha que dará el Instituto de Vitivinicultura este miércoles habrá algo más de claridad.