En tiempos de crisis como los actuales, con presupuestos ajustados y de dificultades para llegar a fin de mes, las familias acuden a distintas estrategias para adquirir los libros necesarios para que los chicos puedan estudiar en las escuelas. Por ejemplo, organizan ferias de textos usados en los mismos colegios y no faltan quienes hasta piden ayuda a los parientes, como abuelos, tíos o el padrino, para completar el material necesario para el aprendizaje.


Estos datos surgieron de un relevamiento que DIARIO DE CUYO realizó con algunas madres encargadas de llevar los chicos a la escuela (ver aparte). Y se da en un contexto en el que si bien los libros no han aumentado tanto, un 25% en promedio con respecto a la temporada pasada, mucho menos que el incremento de la inflación, que en el 2018 trepó al 47,6%, sí tiene un condimento especial. Es el de presupuestos familiares ajustados por los aumentos de tarifas y de los gastos necesarios para mantener un hogar, como son luz, agua, gas y teléfono.


Cabe recordar que el aumento del año pasado había sido del 30%, pero este año fue menor. El retoque de los valores tiene que ver con el incremento de los principales insumos de la industria gráfica, que son las tintas y el papel, los materiales indispensables para la impresión de los libros.
El problema es mayor en una familia que tiene que mandar 2 o 3 chicos a la escuela porque se debe pensar en el guardapolvo o uniforme, los útiles escolares y la mochila, que se ha convertido en un elemento indispensable. 


En este panorama vale decir que la venta escolar ya está a pleno, a casi una semana del inicio oficial de clases, que tuvo lugar el viernes 8 de marzo, aunque inicialmente iba a ser el miércoles 6, pero se terminó postergando por decisión del Ministerio de Educación.


A la hora de pedir los libros más necesarios para comenzar el año escolar, son los colegios privados los más avanzados porque ya los alumnos tienen los listados que les proporcionaron los maestros. Pero los libreros notan el esfuerzo que hacen los papás para adquirir los libros. Así, van adquiriendo sólo los títulos indispensables para los primeros pasos en los colegios y luego irán adquiriendo el resto.


En cuanto a precios, la serie de Santillana para primaria, con el título de “Va con vos”, para Ciencias Naturales, Sociales, Lengua y Matemática, cuesta de 480 pesos. El manual de área integrada “Un mamut en la mochila”, cuesta desde 700 pesos, mientras que “Curioso y perezoso” tiene un costo que parte de los 800 pesos.


En el caso de textos para la secundaria, de la serie Vale Saber, cuestan desde los 670 pesos.
Estos son los llamados precios de lista y se pueden adquirir por el mismo valor en una cuota con tarjetas nacionales. Si el plan es hasta en 12 cuotas, pueden llevar entre un 10 a un 15% de recargo, según dio a conocer Pablo Soria, de Librería Amuyen.


En el país, el mercado de los libros, lejos de estar liberado, cuenta con la supervisión del Ministerio de Educación de la Nación, que supervisa las listas de precios. Tanto es así que todas las editoriales, tanto las nacionales como las extranjeras, deben presentar anualmente el listado de libros con los valores. Esos precios son los que regirán para todo el país, excepto para el sur argentino, donde los textos valen un 15% más en promedio. La razón es la distancia, que encarece los fletes.
Una queja de los padres de todos los años es que los libros ya no sirven de un año para otro y no los pueden heredar los hermanos, porque los manuales vienen con cuestionarios para responder y hasta con consignas para recortar. Por eso no hay más remedio que comprar textos nuevos.



>> Útiles para la escuela

Un relevamiento que hace todos los años DIARIO DE CUYO para esta época, cuando tiene lugar el regreso a clases, arrojó que en el 2019 la lista de los elementos más usados para que los chicos estudien subió un 34,21%. A diferencia de la temporada pasada, en que las mochilas estaban al tope de los aumentos, este año lo que más se encareció es la papelería. Cuadernos de tapa dura forrados de 84 hojas que el año pasado estaban a 37,70 pesos ahora cuestan 74 pesos. Incluso un tapa flexible de 24 hojas ronda los 13 pesos, casi el doble de los 7,50 que costaba en febrero de 2018.


Además, otra vez este año el Gobierno provincial acordó con un grupo de comerciantes, que ahora son 10, congelar el precio de 23 artículos escolares durante 5 semanas, es decir hasta el próximo 31 de marzo. El compromiso es no aumentar el valor durante este período para ayudar en la economía familiar en la vuelta a clases.

 

Hablan las madres

  • Ivana Varela

“Uno de los problemas es que todos los años cambian los libros y no sirven de un año para el otro. Además, ahora los chicos recortan y dibujan en los mismos manuales. A la hora de comprar, todo el dinero es poco y también se usa la tarjeta”.

  • Alicia Varela

“Con los libros tan caros se pide ayuda a toda la familia para que colaboren. Abuelos, tíos y hasta el padrino, todos ayudan con plata porque el presupuesto no alcanza. Es mucho gasto cuando son varios chicos y todo el dinero es poco”.

  • María Orozco

“Todos los años se hace difícil comprar los libros pero de una u otra manera me las arreglo. Yo tengo 3 chicos, uno en jardín, otro en segundo grado y el tercero en la secundaria. Trato de no endeudarme y de comprar en efectivo para que no se encarezca”.
Viviana López


“Siempre es más complicado cuando se trata de varios chicos para enviar a la escuela. En mi caso tengo uno en tercer grado y el otro en primer año de la secundaria. El mayor problema es que todos los años cambian los libros y el del año anterior no sirve”.

 

  • Viviana López

“Siempre es más complicado cuando se trata de varios chicos para enviar a la escuela. En mi caso tengo uno en tercer grado y el otro en primer año de la secundaria. El mayor problema es que todos los años cambian los libros y el del año anterior no sirve”.

 

  • Patricia Verón

“Una modalidad que se viene usando es la de realizar ferias de libros usados, como ocurre en el Colegio San Pablo, donde mando a dos de mis chicos. Si bien hay manuales que se recortan y ya no sirven, hay otros libros que sí se pueden revender”.