Protestas. Itec fue una de las industrias que más problemas tuvo este año, incluso para mantener a su personal, que organizó marchas por las calles.

A la hora del balance del 2017, el sector industrial sanjuanino presenta un desempeño bastante heterogéneo: no evidencia un balance negativo, pero tampoco un repunte generalizado tanto en actividad como empleo. Según los datos oficiales, hay determinadas empresas dentro de cada sector que han podido sortear bien el año, tales como construcción, algunas metalúrgicas, alimenticias, fábricas de telas y también autopartistas. No obstante, hay otras como las de calzado, las textiles fabricantes de indumentaria o autopartistas de mazos de cables, que no logran recuperarse. Estos últimos son sectores vinculados con el mercado externo, que están complicados por la inflación interna y un dólar cada vez más rezagado, frente a competidores internacionales que ingresan al mercado a menor precio. En este pelotón también se inserta la industria vinculada con las economías regionales (agro, agroindustria y vinos) que siguen con problemas de competitividad.

Se puede inferir, a modo de síntesis, que en San Juan aquellas firmas que han podido sortear el crecimiento de las importaciones en un contexto de estancamiento de exportaciones y de venta, son las que han logrado subsistir o crecer moderadamente. El resto muestra un significativo deterioro.

""No podemos decir que el rubro industrial esté mostrando un pequeño repunte en la economía de la provincia, pero sí podemos decir que algunas empresas, de determinados sectores; terminan bien el año y otras no han podido ver señales que los lleven a poder planificar o direccionar su producción", opinó la secretaria de Industria, Sandra Barceló. Agregó que la performance de cada una dependerá de los niveles de importación que soporte y seguirá soportando.

Hay sectores cuyo destino ha sido dañado fuerte por la importación y el caso emblemático es en el 2017 la fábrica de mazos Itec. La firma perdió su único contrato con Peugeot y está sosteniendo a sus 326 trabajadores con subsidios tanto nacionales como provinciales.

La industria textil de confección también siguió a los tumbos en el 2017. Por ejemplo Zoberman, además de sufrir la apertura de importación de ropa barata, afrontó un incendio y disminuyó personal. La industria vitivinícola también estuvo jaqueada por las importaciones de vino a granel procedentes de Chile.

Entre las mejor paradas está la actividad de la construcción, la industria más tomadora de mano de obra en el 2017 y la que ha ayudado a sostener el nivel de actividad en San Juan por la obra pública, eso sí, apuntalada con fondos provinciales. El comercio, que arrancó muy mal, afectado por la caída del consumo y por los tours de compras a Chile, también ha logrado recuperarse aunque sin mostrar índices muy altos, claro que aquí también el Gobierno provincial ha puesto dinero propio, a través de financiamiento a tasa a cero.

En el sector textil, Vicunha amplió sus instalaciones y empleos y en Alimenticias y Agroalimentos, no hubo grandes inversiones, pero sí cierran un año con sostenimiento y crecimiento leve en el sector.