Mientras la provincia de Mendoza recibió hace un mes los $100 millones en aportes nacionales comprometidos para el Programa de Control y Erradicación de Lobesia botrana, a San Juan lo tienen a las vueltas con los $20 millones que Agroindustria se comprometió a girar para la actual campaña. Por esa demora, y como hay apuro porque sólo hay tiempo hasta la primera quincena de noviembre para aplicar en los viñedos la tercera y última acción prevista del control de la plaga que es la fumigación aérea, la provincia adelantará esos fondos. El ministro de Producción, Andrés Díaz Cano, dijo ayer que se reasignarán partidas, con lo cual se terminará financiando con las arcas provinciales la totalidad de la campaña de combate, que son unos $90 millones. Según explicó el funcionario, se hace este esfuerzo financiero porque las autoridades provinciales quieren evitar los riesgos de que la Lobesia botrana, conocida como polilla de la vid, prolifere en un superficie mayor a la del año pasado. Sobre todo cuando se ha cumplido a rajatabla con lo que dice el manual de combate y ya se colocaron todos los difusores de confusión sexual de la polilla y actualmente se están entregando los insecticidas a todos los productores de las zonas cuarentenadas en la provincia. De todos modos, este adelanto de fondos no significa que la provincia se resignará a cobrar la deuda, sino que seguirá reclamando los fondos nacionales. Justamente en el día de hoy Díaz Cano tiene previsto realizar gestiones en los despachos de gobierno nacionales en Buenos Aires. ""Ya compramos las feromonas necesarias y fueron colocadas en los viñedos, también el insecticida que estamos entregando, y si el productor no tiene los medios para aplicarlo, lo hacemos con los tractores del ministerio. Ahora sólo falta la aeroaplicación y la vamos a hacer, no podemos permitir que la plaga se instale en esta provincia", dijo el titular de la cartera de Producción. El ciclo de reproducción de la polilla de la vid se extiende de septiembre a marzo de cada año, y el primer vuelo del insecto se registra hasta el 30 de octubre. Un segundo vuelo o reproducción de la plaga se inicia en la segunda quincena de noviembre. Por eso es la urgencia provincial en efectuar la aplicación del insecticida ahora, tanto por tierra como por aire. La plaga apareció en el 2010 en Mendoza, en el 2011 se encontró el primer ejemplar en una trampa en San Juan y en el año 2017 se detectó en viñedos de Cafayate en Salta. Es muy dañina porque merma la producción de uvas (ver infografía). A diferencia de lo que ocurre en Mendoza, en San Juan la plaga se viene manteniendo a raya, con niveles poblacionales bajos y sin que haya producido mermas productivas como en la jurisdicción vecina.


El secretario de Agricultura, Ariel Lucero, informó que el total de productores que están en zonas cuarentenadas, porque en algún momento se encontró un ejemplar de Lobesia, son 1.671 en San Juan. Algunos de ellos comparten diversas técnicas de combate. Por ejemplo, 799 productores ya han colocado los difusores de confusión sexual que compró la provincia (feromonas) en 12.332 hectáreas. La Secretaría está avanzando actualmente con el control químico terrestre, a través de la entrega de insecticida a 1.496 productores para aplicar en 8.479 hectáreas. Y falta contratar el avión fumigador y comprar el insecticida para aplicaciones aéreas en 8.040 hectáreas, pertenecientes a 775 productores. Lucero explicó que hasta ahora el 83% de las capturas en los últimos años fueron en el sur provincial, en los departamentos Sarmiento y 25 de Mayo. El ministro Díaz Cano informó que el costo de la fumigación aérea asciende a 30 millones de pesos, ya que por empezar, la provincia no cuenta con avión y este debe ser contratado en Mendoza. ""Venimos bien hasta el momento en el proceso, con lo planificado, inclusive hemos incorporado metodología anterior, que nos permite medir y sobre esa mediciones estamos tratando de mejorar lo que el año pasado no estuvo óptimo", dijo Lucero.

Las capturas

Para medir cuántos insectos hay en San Juan se colocan trampas en las vides que son una especie de casitas pequeñas con un piso pegajoso que atrapa al macho que llega atraído por un pequeño difusor de feromonas similar al de la hembra. La campaña pasada se colocaron 1.956 trampas en fincas para detectar dónde hay insectos y se lograron 3.400 capturas, a razón de 1,7 polillas por trampa. En Mendoza una trampa llega a tener 1.500 ejemplares, por eso allá es mucho más difícil su combate.

La plaga se extiende

A fines del año pasado, a través de la red de trampeo que se utiliza como parte del Programa Nacional contra Lobesia el Senasa detectó 3 ejemplares del insecto en una localidad cercana a Concordia, en Entre Ríos. Como consecuencia, el organismo declaró la cuarentena y un plan de contingencia para la zona. Fueron 3 capturas en una trampa ubicada en un viñedo y en otra instalada en una plantación de arándanos. La novedad es que el arándano actúa también como hospedero alternativo de la plaga.