La Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera (CIEAM) tiene planeado visitar por primera vez Los Azules, uno de los proyectos de mina de cobre más grandes del mundo, a mediados de abril. La idea de las autoridades es completar este paso clave antes del invierno, para que los expertos de 14 instituciones tengan toda la información a mano para ese momento. De esta manera, esperan avanzar más eficientemente con los estudios y hacer los pedidos ampliatorios durante los meses más fríos y acelerar todo. Para eso, la empresa avanza con presentaciones semanales de los informes técnicos que componen el Informe de Impacto Ambiental. Además, cambiaron el formato de trabajo para que el avance también sea más ágil, aunque “igual de exhaustivo”.
La minera a cargo de Los Azules presentó el Informe de Impacto Ambiental el 14 de abril de 2023. Cerca de un año después está planificado un punto clave dentro de la evaluación, que es la visita de los especialistas al lugar donde está situada la mina, en plena cordillera calingastina, a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar. Pero antes de este paso, era necesario que la empresa completara todos las presentaciones técnicas. Es que si bien los documentos generales ya van a cumplir un año en mano de las autoridades, debían ampliar los datos técnicos con las cuatro secciones especializadas que exige la ley. La primera presentación técnica fue el último viernes de febrero. De ahí tenían planificada las siguientes entregas a cada 14 días, en las reuniones de la CIEAM.
Roberto Moreno, Director de Evaluación Ambiental Minera, explicó que el objetivo es cumplir con estos plazos y hacer la primera visita a la mina antes del invierno. “Lo que buscamos es que se cumpla con estas presentaciones al día e ir a terreno con los miembros de la comisión porque una vez que esto pase, los especialistas tienen todos los elementos para evaluar el proyecto”, explicó. Caso contrario, el análisis global se vería demorado porque al ser un proyecto en exploración, Los Azules suele frenar el trabajo durante la temporada invernal para retomar recién en octubre, cuando terminan las nevadas y condiciones más duras en cordillera.
Uno de los objetivos que tiene la comisión al visitar el proyecto, es corroborar los datos que presentó la empresa hasta el momento. La primera presentación técnica que hizo Los Azules fue la de las condiciones actuales de la zona donde quiere desarrollar la actividad, con más de 10 años de estudios sobre calidad de agua, aire, flora y fauna. Además, permite a quienes deberán decidir si el proyecto es viable el lugar que ocupará la mina, en caso de que reciba el OK.
Adelantando la visita, no sólo ahorrarán estos seis a siete meses, sino que también podrán, durante el invierno, continuar con el siguiente paso dentro de la evaluación, que pueden ser los pedidos ampliatorios. Es que la empresa presenta los datos de cómo se encuentra el lugar, qué actividades quiere desarrollar, cómo las desarrollará y también qué tipo de impactos generará en el lugar y cómo mitigarlos. Moreno explicó que completando la información antes del invierno, pueden solicitar a la empresa más información durante estos meses, aprovechando la temporada de actividad más baja. “Muchas veces ellos tienen los datos, pero no los incluyeron en las presentaciones, otras veces tienen que hacer nuevos estudias. Esto nos permitirá tener antes los dictámenes de cada una de las instituciones”, explicó.
La actual gestión se propuso hacer más eficientes las evaluaciones de Impacto Ambiental de los proyectos mineros, “eliminando la burocracia”. Además de esta visita, Moreno explicó que quieren mejorar el trabajo de los especialistas, permitiéndoles “enfocarse en su campo de conocimiento”.
> EL PROYECTO
Los Azules es el segundo proyecto de cobre con más reservas de la provincia. La empresa Andes Corp, subsidiaria de la canadiense McEwen, calcula que será necesaria una inversión de 2.300 a 2.500 millones de dólares para su puesta en funcionamiento, que podría empezar una vez que obtenga la Declaración de Impacto Ambiental.
El proyecto está en Calingasta, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, y allí podrían trabajar de forma directa unos 2.000 trabajadores. Está previsto que produzca placas de cobre listas para la venta.