En un año donde las exportaciones de vinos han caído por encima del 20 % después de una década de crecimiento, donde el sector productor exportador de pasas de uvas también se ha visto afectado, lo mismo del sector del jugo de uva y ni hablar del rubro uva de mesa que cada vez exportaba menos, viene el clima a jugar en contra no solo de la vitivinicultura, sino de la agricultura en general. Las heladas tardías ocurridas en las madrugadas del 17 de setiembre primero y el 22 de setiembre en un segundo golpe sobre los brotes y yemas de la vid, han sido nefastos para la futura cosecha. Falta evaluar todavía el impacto del frío de este último fin de semana. Los daños han sido de importancia en las variedades tempranas en brotar, de modo especial en las de uvas de mesa y pasas: Superior, Flame, Sultanina ,Arizul y Fiesta. Estas cepas estaban brotadas en su totalidad en zonas primicia y en algunos lugares más tardíos entre un 30 a un 50 %. También se han encontrado daños en yemas hinchadas sobre las de vinificar como Chardonnay y Chenín.
Por su génesis hay tres tipos de heladas: las de irradiación, las de advección y las mixtas. Las primeras ocurren cuando la temperatura fue descendiendo por el enfriamiento del suelo al perder calor. Las segundas ocurren cuando el descenso de la temperatura es debido a la entrada de una masa de aire frío generalmente polar, y las terceras es la combinación de ambas y este fenómeno es lo que ocurre con frecuencia en Cuyo. En primavera la temperatura del día va en ascenso, pero por irradiación nocturna la temperatura baja de 20ºC máxima a una mínima de 10 ºC. La amplitud es de 10ºC. Por efecto del aire polar, que tiene una temperatura de 5ºC como máxima en superficie, y teniendo en cuenta que el descenso de temperatura para esa época normal es del 10 ºC, entonces se produce una mínima de 5ºC bajo cero. No es de advección y no es de irradiación, es una combinación de ambos. Estas temperaturas promedio hemos tenido en todo el Valle de Tulum, siendo más alta en algunas zonas: Pedernal -9ºC, Huanacache -7ºC, Caucete -5ºC y San Martín -3ºC. Lo que la convierte en una helada tardía muy fría para los brotes que apenas pueden soportar hasta -0,5ºC. Pero lo grave fue que estas temperaturas duraron alrededor de 5 horas. Esta larga duración hace aún más dañino al fenómeno climático provocando que afecte, además de brotes, las yemas que todavía estaban dormidas.
La variedad más afectada ha sido Superior con daños de entre el 80 y 100 % en los caos más severos y el 50 % en los de menor daño. La Sultanina no se queda atrás con quemaduras de brotes del 70 % y la Flame, Fiesta y Arizul con quemaduras de entre el 30 y 60 %. La producción futura dependerá, en el caso de las uvas de pasas y mesa, de cómo reaccionen las yemas secundarias por lo que todavía no se puede determinar los daños finales. En el caso de uvas para vinificar y jugos, si bien no tenían brotes, los daños en las yemas, aunque todavía no cuantificables, seguramente provocaran una merma potencial en la futura cosecha. Habrá que esperar como brotan la Cereza, Torrontés, Moscatel, Pedro Giménez, Malbec, Bonarda, etc, aunque ya se sabe que las blancas tempranas en brotar como Chardonnay y Chenín ya tiene daños considerables. En Pedernal, técnicos de Finca Las Moras ya han informado hasta el momento grandes pérdidas en Chardonnay y Pinot Negro. Otra pérdida importante es la mano de obra que se dejara de ocupar tanto en galpones de empaque y paseros por la menor producción.