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El Malbec es la uva y vino emblema de la Argentina. En el mercado nacional el 41% del vino consumido embotellado como varietal es Malbec, más de 86 millones de litros, un crecimiento del 156% en 11 años. 

La pérdida de millones de kilos en las dos últimas temporadas afecta mucho al mercado interno y las exportaciones. El clima provocó que en dos años se dejó de producir más de 140 millones de kilos. Y esto afecta mucho a la demanda.

El Observatorio Vitivinícola Argentino detalla que el pasado año se exportaron 137 millones de litros lo que generan 511 millones de dólares FOB a razón de un precio promedio por litro de 3,72 dólares.

Desde el 2006 el crecimiento exportador argentino de Malbec fue del 186%. El de uva representa en volumen el 53% de las exportaciones argentinas y en dólares el 62%.

La gran aceptación del Malbec como varietal hizo que las plantaciones crecieran hasta 39.300 hectáreas, es decir un alza del 71%. Hoy representa el 17% de la superficie total cultivada, concentrándose el 86% en Mendoza. 

En el año 2006 se producían en el país 200 millones de kilos de uvas y en el 2015 se llegó a 360 millones de kilos. El año pasado se logró llegar a los 270 millones, un 25 % de pérdida. Este año la cosecha de este varietal superó los 308 millones de kilos recuperándose un 14 %. No obstante está todavía un 15 % por debajo de la producción máxima del 2015.

En el 2015 se pagó $4,62 precio de referencia por kilo de esta variedad llegando a $5,30 por kilo en el Valle de Uco, Mendoza. En el 2016 se pagó por kilo $11,55 llegando a los $13,10 en el Valle de Uco, un precio un 50 % mayor por encima del promedio general pagado a todas las variedades.

El Malbec embotellado se exportó con 1.625 marcas. De todo lo exportado en litros el 48% se lo lleva Estados Unidos y se posiciona muy bien en China en el puesto 7 de los ranking de destino. Por ahora pocos países ofrecen Malbec: Chile tiene 6.000 hectáreas, Francia 5.300, Sudáfrica 400 y California, USA, sólo 45. 

El Malbec como variedad insignia de Argentina cumplió un rol fundamental: hacer conocer el vino argentino en el mundo.
Esta variedad empujó las ventas, tanto en el mercado externo como interno al crecer más que las otras variedades.

Este fenómeno no tiene comparación en el mundo, ya que en el resto de sus competidores como Australia con el Syrah, Sudáfrica con el Pinotage, Chile con el Carmener y Estados Unidos con el Zinfandel, han cumplido un rol menos destacado: proveen un factor de diferenciación, pero las variedades que abren mercados y generan mayores ventas son las internacionalmente demandadas (por lo general Cabernet Sauvignon y Chardonnay).

El Syrah australiano es la única variedad insignia que tiene participación predominante con el 21 % del total de vino exportado por Australia, pero el Malbec supera el 60 %.