Los productores de uva para consumo en fresco están que arden, y no por el calor del verano. Ocurre que están cosechando la uva de mesa y se encontraron con una fuerte traba para venderla a los mercados concentradores de Buenos Aires por el incremento que ha tenido en San Juan la plaga denominada Lobesia botrana o polilla de la vid. En agosto pasado desde el ministerio de Producción se informó que el crecimiento había alcanzado al 80% de vides, en 15 departamentos. A raíz del aumento de insectos encontrados en los viñedos sanjuaninos, por encima de los valores deseables, el Senasa activó las limitaciones de comercialización para evitar la proliferación a otros mercados y exige bromurar la uva para que salga de la provincia rumbo al principal destino del mercado interno. En la Federación de Viñateros han puesto el grito en el cielo porque a pesar de haberle dado pelea a la plaga aplicando los productos aconsejados -sumado a la campaña de combate que realizó el gobierno provincial con desinsectaciones aéreas y en los predios-, no se ha logrado frenar la expansión. El titular de la entidad, Eduardo Garcés, advirtió que habrá grandes pérdidas económicas teniendo en cuenta que se venden al mercado interno 30 millones de kilos de uvas y que el 66% de las propiedades -dos tercios del total- han sido dadas de baja de la venta libre, y no podrán sacar la uva sin antes bromurarla. Los productores dicen que además del costo extra que significa, este método daña la calidad y un racimo de uva que en condiciones normales dura 20 días, al bromurarse se achica a una semana, lo que hace difícil su venta. Además en San Juan hay 3 plantas de bromuro de metilo y una cuarta que está por habilitarse, con capacidad de procesar 40 mil kilos diarios. "No se podrá llegar a 30 millones de kilos", planteó Garcés, tras mantener una reunión con decenas de productores afectados. "Gastamos fortunas en productos, jornales, maquinarias y gas oil. Compramos miles de cajones a $150 cada uno, bolsas conservantes y ahora, todo perdido", se quejó un viñatero que al ir a sacar el Documento de Tránsito Vegetal al Senasa, se enteró que tenía que bromurar. Carlos Boncheff, coordinador Regional de Protección Vegetal del Senasa región Cuyo, confirmó la situación a DIARIO DE CUYO. Dijo que al principio de la actual campaña existía la condición sanitaria de que para enviar uvas a otras provincias productoras de vid (Patagonia, Salta, La Rioja) debían ir sí o sí con bromuro de metilo; pero no se exigía para el ingreso a Buenos Aires porque el número de capturas era bajo. Pero la normativa establece que cuando el número de capturas es alto de acuerdo a la hectáreas de cada finca, sí se tiene que bromurar. "Se desarrolló un sistema de monitoreo y cuando se supera un determinado número de capturas, el productor tiene la opción de enviar la uva pero con un tratamiento cuarentenario como es el bromuro de metilo para evitar la dispersión de la plaga", dijo Boncheff. El funcionario agregó que "este año empezó mal la polilla, ha tenido una mayor presión acá en San Juan; distinta a años anteriores" y que por ese motivo ""hay muchos productores que a pesar de haber hecho los tratamientos están superando este índice". El nuevo ministro de Producción, Ariel Lucero, no quiso hablar del tema. Este año San Juan destina $300 millones a la campaña de lucha contra lobesia, de los cuales casi $192 millones los envió la Nación, y el resto lo pone la provincia.

  • DATOS CLAVE

Mayor productora

San Juan concentra la mayor producción de uva para el consumo en fresco del país, el 81%. Según datos del Mercado Central de Bs As el 72% de la venta es de variedades rosadas: Cereza, Moscatel, Red Globe y Cardinal.

Dañina

La polilla de la vid es una plaga de importancia cuarentenaria y bajo control oficial. Produce daños directos, con pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, y afecta además la calidad de la fruta.