Mendoza, 7 de febrero.- Llegó en abril de 2008 a los viñedos chilenos proveniente del hemisferio Norte. A un año de haberla "importado" desde allá y de comenzar las acciones para combatirla en Mendoza, la vendimia próxima trae aparejada preocupación por el avance de Lobesia Botrana, la polilla de la vid. De hecho, Senasa e Iscamen extendieron ya 3.500 trampas para el monitoreo en toda la provincia, incluida la zona Este, Valle de Uco y Sur provincial, con fuertes sospechas de que la plaga se expande.

En total, la superficie que ocupa la red de control es de 158.964,4 hectáreas, de las que más de 73% corresponde los oasis Norte y Este. Según informa Iscamen, "el objeto es controlar el foco de Lobesia Botrana, mantenerla circunscripta a la zona de detección, evitar su ingreso a zonas actualmente libres y eventualmente erradicarla", en clara alusión a lo dificultoso que resultará esto último. Por ahora, el mayor problema está en los viñedos de parte de Maipú y Luján, ya declarados en cuarentena. Los números son elocuentes: por semana llegan a capturarse más de 100 insectos.

Sin embargo, la dispersión de la polilla está latente. Hasta que los exámenes de laboratorio confirmen 4 hallazgos en La Consulta, Eugenio Bustos, Vista Flores y Villa Seca, según lo confirmó el presidente del Iscamen, Leandro Montané, el Valle de Uco por ahora se considera libre. Una situación similar, aunque con capturas puntuales, atraviesan Palmira y Medrano, en la zona Este.

En cualquier caso, con los resultados de análisis en mano, los funcionarios de Senasa e Iscamen definirán durante esta semana en Buenos Aires la estrategia a seguir. Léase, si mantener la alerta en dichas zonas o directamente declararlas en cuarentena. "Normalmente el criterio para declarar cuarentena es haber detectado más de una polilla. Pero se debe considerar el estado de madurez (larvas) antes de decidir, y si se evalúa insuficiente, el paso previo es densificar el monitoreo con más trampas", explicó Montané.

Actualmente, la densidad promedio (distancia entre trampas) es de 1 cada 100 hectáreas, aunque desde el Iscamen admiten que aún es necesario incrementarla en el Sur mendocino.