La vitivinicultura nacional alcanzó días atrás en la Rosada, logros trascendentes. Reconocimiento institucional, el decreto del Ejecutivo transfiriendo los 50 millones de dólares del préstamo del BID para integrar a 5.000 pequeños viñateros a sus bodegas habituales, con contrato y por 10 años; y el compromiso de "bajar" una parte del 5 % de las retenciones a las exportaciones para promover el consumo del vino. Pero hay 2 fechas claves en el análisis vitivinícola. El 1 de julio, el INV va a receptar la declaración jurada electrónica de los establecimientos donde se unifican los datos de la cosecha anterior y los de la nueva vendimia. Ahí tendrá precisa idea de lo que está ocurriendo con los volúmenes. Y, el 29 de junio -un día después de las elecciones-, la Corporación volverá a la carga por el compromiso asumido por la presidenta Cristina de aplicar los recursos de las retenciones que se redireccionarán al sector -aproximadamente unos $20 millones- invirtiéndolo directamente en promover el consumo en el mercado interno e insistir en la promoción exterior en base a proyectos concretos. "Si se nos sigue cayendo el consumo todos los esfuerzos de integración y superación de los pequeños productores será inútil", le aseguraron a la mandataria nacional y a su ministra de la producción que inmediatamente agendó un encuentro para instrumentar la forma de derivar esos fondos. Es que todos miran la baja en los mercados interno (5 % menos en el cuatrimestre) y exportaciones (sobre todo en el vino a granel, casi 65 % menos desde noviembre). La otra fecha clave es el 1 de julio, plazo que tienen los establecimientos vitivinícolas para presentar sus declaraciones juradas -ahora en forma electrónica- al INV. Esa data será relevante para analizar, por ejemplo, los stock de "tintos", un fantasma que empezó a danzar en la actividad cuando se conocieron los datos finales del pronóstico de cosecha y elaboración. Es que ya nadie ignora que faltará tinto y el blanco escurrido andará ajustado. Por lo pronto, el mercado está tenso y los precios van en alza: El tinto medio a granel que la semana pasada rondaba entre $1,40 y $1,50 por litro para un producto de 450 o 500 unidades de color. Un blanco escurrido se mueve entre 95 centavos y 1.10 pesos, según calidad y el sulfitado no baja de los 95 centavos el litro. Para hablar de varietales, hay que pensar en la ronda de los 2 pesos y de ahí para arriba según estirpe y zona de producción.
Mercados sostenidos
A 20 a días de la liberación de los vinos nuevos los precios están sostenidos en todos los productos. Los expertos del sector aseguran que "en un año complejo y ya en la etapa recesiva, que el precio de un producto se sostenga en su traslado y en góndola, es un dato relevante a tener en cuanta en cualquier análisis". La otra preocupación son las ventas, porque los consumidores están replanteando hábitos y consumos, compran menos pero aspiran a mejor calidad "en el otro escalón de la góndola". De hecho bajan las ventas del tetra, pero mejoran las ventas de botellas de más de 8 pesos.
En declaraciones a una revista especializada, Ana Amitrano, gerente comercial de Bodega Familia Zuccardi, explicó que el mercado ha cambiado y la participación de los canales ya no es igual. Las ventas en los supermercados han crecido, mientras que las compras en los negocios minoristas cayeron. En las vinotecas vemos que se ha mantenido y los restaurantes son los principales perjudicados. Se vive en cuerda floja ya que tanto el on-trade como el off-trade trabajan sin stock, antes hacían un pedido al mes, ahora dos o tres. Esto no nos permite planificar mucho hacia el futuro".
La consultora CCR informa que en el primer cuatrimestre el consumo total de vinos bajó un 5 %, pero la facturación real en cambio subió un 25 % (es decir, aumento de precios). Que sin embargo "el consumo de tintos y varietales embotellados se encuentra estable, con leves subas". El consumo en tetra bajó un 6 % en volumen, pero subió un 29 % en precios por aumentos. En botellas de hasta 3.50 pesos cayó un 7 % y facturó un 15 % más.
En cuanto a las exportaciones, las ventas de vino a granel cayeron un 65 % desde noviembre y el precio promedio del granel cayó un 36,9 % en el primer cuatrimestre. De todas maneras, hay algunos países como EE.UU, Canadá y China que han comenzado a reaccionar y están cerrando operaciones de nuevo, dando señales positivas a la hora de comprar.