El puñado de tormentas que azotaron este enero los viñedos sanjuaninos y mendocinos, parecen haber tenido un efecto determinante en el volumen de uva a cosechar y si bien en el Instituto Nacional de Vitivinicultura no se animan a arriesgar a cuánto asciende la merma, lo cierto es que como primera medida fuerte ya evalúan reducir el 30% de cupo de mosto que habían fijado ambas provincias 15 días atrás, según reconoció ayer al mediodía el titular del INV, Guillermo García, quien se reunió con el gobernador Gioja en Casa de Gobierno, para informarle la marcha de la temporada y aspectos del Censo Vitivinícola (ver aparte).

Cuando el INV anunció el 29 de diciembre -con su primer pronóstico- que la cosecha en esta Vendimia alcanzaría los 2.770 millones de kilos en todo el país y que San Juan recogería 768 millones kilos, ya se empezaron a hacer especulaciones en cuanto a un cupo de jugo concentrado de uva "alto", cercano al 30%, porcentaje que luego se terminó acordando. Ahora bien, nadie imaginó un enero tan "movido", principalmente en San Juan, que con dos fuertes tormentas se dañaron unas 4.300 hectáreas de cultivos, la mayoría de uvas.

"Habrá que esperar, pero están sucediendo accidentes climáticos y vamos a observar qué sucede hasta el 25 de febrero -fecha en que se dará a conocer el segundo pronóstico de cosecha-. Pero lo cierto es que se evalúa una modificación del porcentaje, porque no queremos que genere distorsiones dentro de la cadena vitivinícola", explicó García. Y agregó, "sabemos que se perdió uva, pero tenemos que esperar que nuestros técnicos salgan a los viñedos y verifiquemos in situ de qué se trata el daño".

Entonces, ¿cuál será el nuevo cupo? Ayer nadie arriesgó un porcentaje, aunque de no mediar alternativas extraordinarias en las condiciones climáticas, dicen por lo bajo que el piso no debería ser menor al 25 o 27%. Al mismo tiempo, admiten en el INV que con este nuevo escenario, con menos uvas -las tintas son las más buscadas-, el precio repuntaría a valores más atractivos para los viñateros.