Luego de mantener las tarifas congeladas durante 2020 en el marco de la Emergencia Económica, y de avanzar con un aumento de 6% en 2021, el gobierno nacional prevé un incremento del 20% en promedio para el servicio del gas a partir del próximo año para los usuarios residenciales, que regirá para todo el país.

La suba se concretará durante enero y febrero y será la única que alcanzará a todos los usuarios, según aseguraron. Pero, desde marzo, también se avanzará en la quita de subsidios a sectores de mayores ingresos, lo que también implicará que esos hogares paguen más por el gas. Y más adelante, se apuntará a usuarios de clase media.

De esta manera la segmentación de las tarifas, que tuvo grandes problemas en su instrumentación, se comenzará a aplicar el año próximo. Para ello la Secretaría de Energía diseñó un mecanismo, con el objetivo es reducir el gasto en subsidios energéticos (gas y luz) que este año superará el billón de pesos.

En tal sentido aún no está definido cuál será ese incremento para los segmentos que perderán subsidios, pero analistas lo estiman en un "piso" de entre 60% y 70% para los sectores de mayores ingresos. Otros incluso lo ubican por encima de ese nivel.

Las autoridades sostienen que el 20% de aumento promedio para los hogares debe tomarse como “pauta del aumento tarifario del Gobierno para 2022″. El criterio oficial para el año próximo es que todo aumento de tarifas esté por debajo de la inflación, que el gobierno prevé en torno al 33%, de acuerdo con el proyecto de presupuesto que naufragó en el Congreso. En cambio, los analistas privados estiman que podría duplicar esa cifra.

Así las cosas, la decisión de aumentar las tarifas se da tras casi dos años de mantener la boleta de gas prácticamente "congelada" y en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reclama a la administración de Alberto Fernández un programa económico sostenible.

Si bien la decisión política es no volver a ajustar las tarifas durante todo el próximo año, fuentes oficiales admitieron que esa definición se resolverá en la medida que los números de la economía lo permitan.

En el caso del gas, el servicio está regulado por el gobierno nacional, a través del Enargas. Las tarifas incluidas en las boletas incluyen cuatro componentes: la producción, que explica alrededor de la mitad del precio (hay un subsidio del Estado y se traslada al usuario la mitad del costo real); el transporte a los grandes centros de consumo; la distribución hasta los hogares; y los impuestos, que representan alrededor de 30% del valor final, entre cargas nacionales, provinciales y municipales.

Fuente: El Sol / Con información de Clarín, Infobae y La Nación