Hace una semana terminó la campaña 2009-2010 para combatir la Mosca de los Frutos y como los resultados no fueron los mejores, el organismo encargado de controlar la plaga de la fruta hará un cambio: A partir de septiembre habrá una ofensiva con moscas traídas de Austria, que son genéticamente más fuertes y que de a poco remplazarán a los ejemplares sanjuaninos que fueron usados la temporada anterior por primera vez, sin grandes resultados. Además, agregarán otro avión en el verano para la liberación de machos estériles, según informó Jorge Escobar, titular del Programa de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (Procem).

En el año 2003 se intensificaron las medidas para lograr que a la fruta de San Juan se le saque la perjudicial etiqueta que la ubica entre las provincias con esta plaga, y que impacta en la economía porque impide su exportación y comercialización.

En estos 7 años, se utilizó la técnica del macho estéril con moscas traídas de Mendoza, Guatemala y en la última campaña netamente sanjuaninas, generadas en la Bioplanta que tiene el Programa de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (Procem) para tal fin.

La técnica utilizada para combatir la mosca que daña las frutas es en base al macho estéril, que es un ejemplar que cuando copula con las moscas silvestres evita la eclosión de los huevos. Una mosca hembra puede tener una descendencia de hasta 800 hijos, de los cuales 400 son hembras y en 21 días, cada una de esas hembras pueden tener 800 huevos más.

En los resultados de la última campaña, donde se había utilizado la técnica del macho estéril con moscas sanjuaninas, los técnicos observaron que de septiembre a diciembre el plan marchaba sobre ruedas pero los meses de enero, febrero y marzo todo se iba a pique y la mosca de los frutos volvía a tomar fuerza y a recuperar sostenidamente su población. ¿Por qué se daba este fenómeno? El diagnóstico arrojó que las razones de ese problema eran varias: en primer lugar, la manipulación con altas temperaturas de las moscas no era el adecuado y la genética de las moscas no era para nada buena. Por otro lado, la liberación de los machos estériles se hacía en horarios poco convenientes y esto ocurría porque sólo contaban con un avión para hacerlo.

"Nos dimos cuenta que la competitividad de nuestras moscas no era la óptima y que estabamos por debajo de lo bueno, esto comparado con un standard, que esta reglamentado y tiene categorías: muy bueno, bueno, regular y malo, y nosotros estabamos en lo regular. Es decir, nuestras moscas tenían que ser mucho mejores que las silvestres para poder funcionar y no lo eran. Entonces lo que se decidió fue mejorar el trato de las moscas y por otro lado ver la posibilidad de cambiar genéticamente lo que teníamos. Ahora vendrán de Austria”, comentó Jorge Escobar, titular del (Procem).