El furor olivícola que tuvo la provincia en la última década, con un crecimiento promedio del 10 por ciento anual y con picos de inversiones entre los años 2003 y 2008 extraordinarios, se frenó esta última campaña -que se inició en abril de 2010- y a escasos tres meses de que se complete, no se conocen nuevos negocios que arrimen dinero para plantaciones con destino a la elaboración de aceite de oliva en la provincia, que ya dispone de unas 19 mil hectáreas con variedades para este fin.

Desde la Cámara Olivícola de San Juan y la Asociación de Pymes Olivícolas de la provincia, dijeron las trabas son los costos operativos y el precio poco atractivo del óleo en el mercado internacional. Pero al mismo tiempo, contaron que existe una tendencia en donde buena parte de los productores, principalmente aquellos que tienen variedades multipropósito, se inclinan ahora por destinarlas a conserva, que resulta ser más rentable, aunque el negocio es más reducido.

La provincia tiene alrededor de 24.000 hectáreas plantadas con olivos, de las cuales sólo unas 5.000 ha. son de variedades destinadas a conserva -Manzanilla es la más común-, mientras que la gran porción es la del tipo aceitera, con especies como la Picual que tiene importantes rindes. También existen variedades multipropósito, que sirven para ambos fines, como por ejemplo Changlot. En el 2001, la superficie plantada era prácticamente la mitad a la actual, alrededor de 11.800 hectáreas. Un parámetro del crecimiento fue el 2007, donde ya se ubicaba en unas 18.600 hectáreas.

"Acá hay una realidad inocultable. Producir aceite de oliva en este país nos está dejando hoy por hoy un déficit operativo de 1.000 dólares por hectárea cada año. Es una fortuna. La cuenta es sencilla, nos aumentó la mano de obra la última temporada un 42 por ciento, la energía un 37 por ciento y los insumos un 35 por ciento y el valor de la tonelada de aceite puesto en Europa no supera los 2.500 dólares. Hoy dejó de ser un gran negocio si lo vemos como algo que usted planta ahora y recién tiene la primera producción más o menos interesante a los 4 años", explicó Antonio Olivares, miembro de la la Asociación de Pymes Olivícolas de la provincia.

Invertir en olivos, arrancando de cero, implica un desembolso promedio de 17.000 dólares -incluye sistemas de riego presurizado-, que recién empiezan a tener sus primeros frutos comerciales a los 3 años, en el caso de la variedad aceitera y de 4 años para la conservera.

"Creo que si bien se cayeron las nuevas inversiones, es interesante observar como se posicionaron las conserveras. Me remito a los valores del año pasado, donde se pagó 33 centavos de dólar por un aceiteras y 72 por las conserveras. Queda claro que es un negocio el de las conserveras más chico pero que garantiza rentabilidad, que hoy no la tenemos con el aceite", dijo Carlos Echeverría, dirigente de la Cámara Olivícola de San Juan. La ventaja más atractiva que tiene la aceituna de mesa, donde la provincia lleva la delantera en el país en materia de volumen productivo, es que el gigante brasileño demanda cada vez más productos gourmet y los costos de flete son sensiblemente más bajos que enviarlo a otro destino.

El mercado exterior

El Consejo Oleícola Internacional (COI) -la entidad madre en el mundo- ha estimado para esta temporada una caída de la producción mundial de aceite de oliva del 2,5%, hasta 2,95 millones de toneladas, para la campaña 2010- 2011, frente a un alza del consumo (+3,6%) con un total de 2,97 millones de toneladas y de las exportaciones globales, hasta los 707.000 toneladas. Así se desprende de las estimaciones analizadas durante la 98ª reunión del COI celebrado en Madrid este año.