Nadie discute la calidad de las uvas sanjuaninas que terminan en vinos cada vez mejores. Pero sí varios comenzaron a advertir que se encuentran ante un fenómeno que no tiene que ver con el clima ni los cuidados técnicos que se le pueden dar a las viñas, pero que pueden amenazar la calidad de los vinos lograda hasta el momento: La falta de cosechadores es el nuevo desafío al que se enfrentan en la actualidad los enólogos, según un sondeo realizado ayer durante el cierre de la Evaluación de Vinos de San Juan, Evisan 2011. Tres de cinco profesionales consultados, que elaboran vinos en diferentes lugares de la provincia, encendieron la luz de alerta por esta situación y destacaron que cuando faltan manos para levantar los racimos, se termina cosechando parte de la uva a destiempo, cuando ya está sobremadura, lo que afecta la posterior elaboración de vinos. El problema se viene agudizando en todos los rincones del país, y comenzó al menos desde hace 7 u 8 años, explicaron. ‘‘Es uno de los grandes problemas que tenemos y que vamos a tener mucho más al futuro. La falta de mano de obra para la cosecha es un tema complicado, muy difícil coordinarla y reglamentarla. Es un desafío que vamos a tener que asumir. Creo que vamos a tener que ir a otro tipo de cosecha, la mecanizada; al menos en los vinos que lo permitan. Creo que es la manera de que las uvas lleguen a tiempo y en buen estado a la bodega’’, dijo Rafael Pérez. En el otro extremo, otro enólogo, José Escrivá; coincidió: ‘‘Cuando la fruta está madura hay que levantarla. Y no se puede hacer por falta de cosechadores.
‘‘Hoy la debilidad es llegar en tiempo y forma con la uva por la escasez de mano de obra. Partamos que para elaborar un buen vino debemos tener una fruta madura, no sobremadura’’, agregó Escrivá. Cerca suyo, otro colega también coincidió en el tema: ‘‘Antes se hablaban de las complicaciones, este año se han sufrido’’. Así de determinante fue la frase del enólogo Marcelo Onofre, minutos antes de subir a recibir los diplomas por la participación en el evento del vino local. ‘‘En determinado momento no había gente para cosechar y la uva ya estaba, entonces por ahí hay viñedos o uvas que se levantaron tarde porque no había mano de obra’’, agregó. Otros dos expertos -Eduardo Casademont y Daniel Ekkert- sumaron dos debilidades más: la falta de bodegas para vinos de alta gama, el primero; y los altos precios de las uvas; el segundo.
Entre las fortalezas, todos los enólogos coincidieron en que a pesar de las adversidades, los vinos logrados en el 2011 son de muy buena calidad y destacaron la sanidad de las uvas sobre todo en los vinos de alta gama.

