Frente a un drástico informe de un gabinete técnico de la Facultad de Exactas de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) sobre la crisis hídrica en la provincia, la respuesta del Gobierno local fue que, entre las medidas, van a intensificar los cortes de agua en el riego para tratar de suplir el faltante, que era una de las propuestas del trabajo. Además, según dijo el secretario del Agua y Energía, Juan Carlos Caparrós, seguirán trabajando en aumentar la batería de pozos del Estado y en la mejora de la red de canales para hacerla más eficiente.

"El objetivo es tratar de llegar a la próxima temporada con un nivel de reservas similar a la temporada actual", expresó el funcionario.

El estudio, elaborado por el gabinete de estudios de Geocriología, Glaciología, Nivología y Cambio Climático del Departamento de Geología de la unidad académica, afirma que sumando la reserva de los diques y lo que aportará el río San Juan, no se llegará ni a la mitad del agua necesaria para el riego productivo en la provincia. Y como salida la sugerencia es aumentar los períodos de cortes para regar en el agro porque, según opinan los integrantes del equipo, tampoco alcanzará con lo que puedan suministrar las perforaciones subterráneas.

Lo que pasa es que los productores sanjuaninos ya vienen golpeados por un año en el que hubo poca agua e incluso algunos viñateros tuvieron que dejar secar parrales para salvar otros, porque el recurso no era suficiente. De modo que hablar de intensificar los cortes no es una medida que vaya a caer bien en el sector productivo.

"Lo vamos a ir consensuando con los productores", dijo Caparrós, quien se cuidó de criticar el informe de la casa de estudios.

La política de aumentar la cantidad de días de cortes de agua ya se viene aplicando. Por ejemplo, con los temporales de comienzos de marzo, desde el Departamento de Hidráulica tuvieron que inhabilitar el servicio de riego en el canal Céspedes. Primero fue el 1 de marzo y luego el 12 por culpa de las tormentas.

Todos aclaran que no peligra el agua para consumo humano.

Ahora para la Semana Santa, según dio a conocer Caparrós, el agua de la red de riego se cortó desde el jueves a primera hora y volverá en la madrugada de mañana. La operación sirve para que se pueda acumular agua en los diques.

Según el informe de la UNSJ, con el agua disponible en los diques, 43 hm3, más lo que aportará el río San Juan, unos 640 hm3, faltarán unos 717 hm3 para abastecer la demanda de riego de campo, que es de 1.400 hm3 anuales.

Pero para esta temporada no hay buenas perspectivas de nevadas. Según Silvio Pastore, coordinador del gabinete de estudios de Exactas, los modelos con los que trabajan permiten anticipar que será un año neutro, poco nevador, con lo cual no hay perspectivas de que la situación vaya a cambiar en el corto plazo.

Una solución podría ser la extracción de agua subterránea, pero Pastore dijo que "la batería de pozos del Estado no será suficiente", porque no alcanzará a suplantar la cantidad de agua que el río San Juan no va a traer.

Según Caparrós, ahora hay unos 30 pozos en funcionamiento de la red del Estado y quieren llegar a los 50 "a la brevedad". Pero reconoció que no se puede hacer un uso indiscriminado de ese recurso. Por eso están trabajando con el Instituto Nacional del Agua (INA) en un relevamiento sobre la situación de los acuíferos.

El estudio muestra que el río San Juan, que tiene un módulo histórico de 62 m3/s, en los últimos 20 años se redujo en un 20% (a 50 m3/s) y en los dos últimos ciclos hídricos, la reducción superó el 65% (a 20 m3/s). Y las predicciones no son alentadoras.

Entre las propuestas para salir de la grave crisis actual, los técnicos proponen "aprobar obras basadas en los modelos a futuro del comportamiento del recurso hídrico local".

  • La reducción de los glaciares

Otra de las tareas que desarrollan los técnicos del gabinete de Exactas es el Inventario Provincial de Glaciares en la Cuenca del río San Juan, en convenio con el Gobierno provincial, más precisamente en la zona de Calingasta. Para ese trabajo están monitoreando un total de 18 glaciares, en una tarea que quieren tener finalizada para el segundo semestre del año. Pero los resultados preliminares no son para nada alentadores. Es porque muestran una importante reducción de los cuerpos de hielo en la cordillera para un periodo de tiempo analizado, que va desde el 2013 al 2020.

Según el relevamiento, todos presentan una fuerte reducción de masa y retroceso de sus frentes e incluso se ha registrado la desaparición total de uno de los cuerpos de hielo a fines del verano del 2013.

De los 18 cuerpos de hielo, las reducciones oscilan entre el 2 a un 41% y, como ya se citó, incluso uno desapareció.

Según el informe, la vulnerabilidad al cambio climático está definida como la propensión o predisposición a ser afectado negativamente por este fenómeno, cuyos resultados ya se están viendo.