Al contrario de los que se pronosticaba para la mayoría de las jurisdicciones argentinas, San Juan logró salir bien parada en materia fiscal en 2009. Según los números del Ministerio de Hacienda, las cuentas públicas cerraron el ejercicio con un saldo positivo de algo más de 103 millones de pesos, manteniendo la tendencia que arrastran desde hace 6 años. Todo esto, a pesar de los efectos de la crisis financiera internacional y de que los recursos federales llegaron en menor cantidad a lo que había presupuestado la gestión giojista. Economistas lo atribuyen a que es una de las provincias mejor administradas.

De acuerdo a lo que indica el presupuesto ejecutado del año pasado, San Juan tuvo ingresos por 3.960.186.025 millones de pesos y los gastos ascendieron a 3.856.541.905 millones. Implica que en las cuentas quedó un remanente de 103.645 millones. En Hacienda dicen que es un ejercicio equilibrado, porque el sobrante es de muy poca magnitud en relación al presupuesto global y no es determinante para financiar futuros gastos. De todas maneras, en la práctica es superávit y significa que la provincia gastó menos plata de la que le ingresó.

El resultado cotiza alto por dos razones que se valoran y mucho en la economía doméstica. Con superávit, la provincia no se ve en el apuro de tener que salir a buscar recursos prestados para financiar déficit. Y, al mismo tiempo, hacer los deberes le permite una buena carta de presentación para ir a pedir crédito con intenciones de impulsar inversiones que muevan la economía.

Si bien desde 2004 San Juan mantiene sus números equilibrados, la ecuación 2009 gana importancia por tratarse, según había dicho el gobernador José Luis Gioja, de uno de los años más complicado para las cuentas fiscales. Los coletazos de la crisis depreciaron, por primera vez en mucho tiempo, la coparticipación federal de impuestos y mellaron la situación fiscal de la gran mayoría de las provincias, que a fin de año pedían a gritos la habilitación de una vía de endeudamiento para cubrir el rojo.

San Juan, fuertemente dependiente de la Nación, había pronosticado recibir en concepto de recursos federales 2.597 millones de pesos en todo el año. Los registros de la cartera de Hacienda revelan que llegó casi un 6,5 por ciento menos, es decir 2.458 millones de pesos.

Hubo algunas acciones que neutralizaron el faltante. La administración local aprovechó el repunte de 42 millones de pesos de la recaudación, bajó el ritmo que traía el plan de obras -la mayoría financiadas con recursos nacionales- y echó mano a casi 72 millones de ahorro para tapar algunos baches -después se recuperó con lo que sobró al final en el ejercicio-.

Las provincias aún no presentan sus informes fiscales a la Nación, pero las proyecciones de las consultoras ya anticipaban en septiembre que sólo un selecto grupo de cuatro iba a terminar con sus cuentas equilibradas. Entre ellas, San Juan y San Luis eran las que mejor performance mostraban.

Desde 2004 la recaudación nacional venía a un crecimiento constante y en consecuencia, la coparticipación federal se disparó hacia arriba y las provincias pudieron calzar sus ejercicios. Para la mayoría, la excepción fue el año pasado. En el caso de San Juan, los economistas dicen que la diferencia es la gestión del gobierno local.

Orlando Ferreres opina que "es de las mejores administradas". "Ha dado aumentos de sueldos que puede pagar y deja un poco de reserva para cualquier emergencia", había sostenido el economista. El licenciado en Economía Rogelio Frigerio coincide: "está entre las mejor administradas".

Hasta el Banco Mundial trazó un balance positivo. Después de visitar San Juan, la vicepresidenta regional, Pamela Cox, escribió un artículo para el organismo financiero que integra, en el que expresa que en la provincia hay un "fuerte crecimiento y ejemplar desempeño económico". Además, sostiene que "San Juan es un ejemplo local de esa ventaja macroeconómica regional en la que se hallaba América Latina".