Frente a la decisión del Gobierno nacional de que haya normalización de las autoridades de la Confederación General del Trabajo (CGT), tanto a nivel nacional como en las centrales sindicales en las provincias, en el caso de San Juan hay acuerdo, al menos por ahora, para que Eduardo Cabello continúe al frente de la institución local. El referente del gremio de la construcción viene ocupando el cargo de delegado regional desde hace 13 años, a partir del 2008, y hasta ahora, más allá de algunas críticas por su labor, no ha aparecido ningún dirigente dispuesto a disputarle el puesto.

Según ha trascendido, la decisión desde el Ministerio de Trabajo de la Nación, que conduce Claudio Moroni, es levantar la restricción de mantener congeladas la renovación de autoridades por los efectos de la pandemia y que a partir de agosto vuelvan a funcionar las urnas sindicales, tanto a nivel nacional como local. Todavía no hay fechas precisas pero, en el caso de San Juan podría haber novedades en septiembre, aunque justo se trata del mes de las elecciones primarias para la renovación de legisladores nacionales.

En el entorno de Cabello dijeron ayer que, quien ocupa también una banca en la Cámara de Diputados de la provincia, está dispuesto a continuar al frente de la central obrera. Y si encima, por ahora, no aparece ningún dirigente dispuesto a darle pelea, no habría obstáculo para que continúe.

De todos modos, no son todas flores para el experimentado dirigente. Hay voces desde algunos gremios que participan en la CGT local que lo critican por ser demasiado tibio en los planteos por los salarios de los trabajadores y por las bajos ingresos de los jubilados. Y de no salir a reclamar por la macha de la economía y de la permanente suba de la inflación, que viene afectando a los bolsillos de los trabajadores.

La CGT es un espacio clave de poder porque el que está sentado en el sillón de la conducción puede negociar con el Gobierno de turno desde condiciones de trabajo de los empleados, viviendas y hasta cargos. Y por eso siempre ha sido un lugar apetecido. Incluso ha sido un trampolín para la política, como en el caso de Cabello, quien incluso lleva dos mandatos en la Legislatura provincial.

En su caso, el referente de la UOCRA llegó por primera vez a la central obrera en diciembre del 2008, tras un acuerdo de los gremios más fuertes. Y tras un mandato de 4 años, en diciembre del 2012 le concedieron la primera prórroga, que se volvió a repetir en febrero de 2013. En esa oportunidad, el argumento fue que como se trataba de un año eleccionario, y por gestiones del Gobierno, que no quería un gremialismo dividido, se decidió dejar las cosas como estaban. Después vino el accidente en el helicóptero de José Luis Gioja y no se consideró oportuno un recambio. En diciembre de 2014 vino otra prórroga, que se repitió en el 2016. Y así hasta llegar al 2020, cuando en marzo irrumpió la pandemia por el covid-19 y los mandatos en todas las entidades, incluidas la CGT, quedaron congelados porque no se podían permitir movimientos que pudieran generar contagios. Pero ahora, parece que la intención es desempolvar las urnas sindicales.

Referentes Daer y Acuña vienen liderando la central obrera a nivel nacional, pero no está confirmada su continuidad.


 

  • Hablan de un acuerdo político en la Nación

A nivel nacional, se espera que haya un acuerdo político para definir la sucesión de los actuales secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, y del resto del Consejo Directivo, o bien una improbable contienda de votos con el sector disidente referenciado en el camionero Hugo Moyano.

Se trata de un proceso que deberá contener, en su transcurso, al menos una reunión del Consejo Directivo, un plenario de secretarios generales (no es una obligación formal pero lo adelantaron los propios dirigentes durante la "mesa chica") y un Comité Central Confederal, también conocido en la jerga como "el Parlamento de los Trabajadores".

El proceso electoral en la CGT está pendiente desde el 22 de agosto del 2020, cuando se cumplieron los cuatro años de mandato de la jefatura que arrancó con el triunvirato de Daer, Acuña y de Juan Carlos Schmid, quien se fue del puesto, y que en su vida útil sufrió deserciones de cerca de una decena de los 35 miembros del cuerpo colegiado de conducción. La suspensión de los plazos administrativos que ordenó el Ministerio de Trabajo para todas las organizaciones sindicales alcanzó también a la central obrera, que supuestamente pudo transitar todo 2021 con su jefatura extendida.