Concentrados. En la Capital, la mayoría de los carros están concentrados en la zona del Parque de Mayo. Funcionan hasta las 4 de la mañana y después los deben retirar.

En tiempos de crisis y cuando los recursos cada vez alcanzan menos, el ingenio popular hace que la gente se la rebusque para sumar un peso más al presupuesto familiar. Una de las opciones que ha crecido sensiblemente, directamente al doble desde el año pasado, es la cantidad de carros que venden comida en las calles, como panchos, choris y lomitos. Según datos de la Asociación de Pancheros Unidos y Afines (APUA), la única organización que hasta ahora los nuclea, hay unos 150 en el Gran San Juan, cuando el año pasado eran unos 75.

Sin tener que pagar un alquiler y tampoco empleados, porque en la mayoría de los casos son atendidos por sus propios dueños, montar un carro se trata de una buena opción para obtener recursos rápidamente porque todo lo que venden es en efectivo y pensando en los costos solamente de la mercadería. En un buen fin de semana, según fuentes del sector, un carro en algunas de las calles del Gran San Juan puede llegar a vender, en promedio, unos 200 sánguches, contando lomos, choris y panchos. Los precios varían entre 100 pesos por un pancho, 150 pesos un chori y 250 pesos el lomito. Haciendo un promedio, se trata de unos 35.000 pesos, sin contar las bebidas. Por supuesto que no todo son ganancias, sino que hay que descontar los insumos, pero se trata de dinero para sumar al presupuesto familiar.

Desde ya que el montar un carro no es una actividad nueva en la provincia, pero sí hay que consignar que cada vez son más.

Cuesta encontrar datos oficiales sobre la cantidad de carros en funcionamiento porque no hay un registro pero, por ejemplo, en la Capital, hay 20 con permiso, en la zona del Parque de Mayo, según dio a conocer Rogelio Cerdera, director de Inspecciones Municipales de la comuna. Funcionan desde las 20 hasta las 4 de la mañana, con la obligación de retirar el carro a partir de esa hora. En el caso de no cumplir con una serie de requisitos sobre higiene y seguridad (ver aparte), les decomisan la mercadería y no pueden seguir funcionando.

El intendente de Rawson, Juan Carlos Gioja, dijo que "ha crecido muchísimo la cantidad", aunque aclaró que no tienen cifras precisas. Las zonas elegidas para funcionar son los alrededores de la plaza de la Villa Krause, la zona de Calle 5 y General Acha y sobre la calle Mendoza.

Desde el Departamento de Medicina Sanitaria de Salud Pública, Roque Elizondo dio a conocer que, con los controles que realizan, han logrado controlar el síndrome urémico hemolítico (SUH), una enfermedad causada por una bacteria productora de una toxina, que suele estar presente en los alimentos mal cocidos y en el agua, que pueden llegar a producir hasta la muerte en los enfermos. El funcionario señaló que cada vez participan más interesados en los cursos de manipulación de alimentos que dicta la repartición.

El éxito de este tipo de negocios que venden comida al paso radica en los precios más accesibles a los de los locales instalados, porque tienen menores costos fijos. Además, en la mayoría de los casos, están abiertos hasta altas horas y sobre todo los fines de semana, trabajan con los chicos que salen de bailar en los boliches o de dar un paseo por la zona de los diques.

Uno de los problemas que suelen afrontar los propietarios de los carros es que deben poseer su propio grupo electrógeno para generar energía, ya que no pueden tener conexiones clandestinas a la red de alumbrado público. Y, a veces, el ruido que genera los equipos, suele ser una molestia para los clientes de este tipo de negocios.

La "Gringa" del Parque de Mayo

A Isabel Patricia Ochoa, que tiene su carro los domingos en el Parque de Mayo, todos la conocen como la "Gringa" e incluso ése es el nombre de su negocio. Empezó hace unos 18 años vendiendo ropa en las ferias de la zona, hasta que comenzó a vender panchos y nunca más paró. Al punto que ahora preside la Asociación de Pancheros Unidos Afines. "Tenía siete hijos a los que había que mantener y por eso me dediqué a esta actividad", cuenta. "Empezamos de abajo, casi sin nada, hasta que pude armar mi negocio", agrega. Ahora trabaja desde las 16 hasta la 1 de la mañana.

Los requisitos para armar el negocio

Para que un carro pueda vender comida en la calle, hacen falta una serie de requisitos, porque en caso contrario se los clausuran. Entre los principales, el que vende comida debe tener la vestimenta adecuada, tener heladeras para la refrigeración de los alimentos y energía de un grupo electrógeno. Además, deben poseer certificado médico que demuestre que la persona no tiene enfermedades infectocontagiosas, es decir cartilla sanitaria.

En la Capital también se les exige autorización escrita y debidamente certificada de frentistas y vecinos radicados en la zona, para la permanencia del carro.

También la conservación, cocción de los alimentos y la vestimenta del personal deberá ajustarse a lo que establece el Código Alimentario Argentino.