Bodegas españolas intentan blindarse frente a piratas, pseudo-importadores o las mafias que trafican con vino falsificado; delincuentes que siempre han existido en el mercado, pero que perfeccionan sus métodos de ‘trabajo‘.


Reino Unido es uno de los destinos sensibles para las bodegas, lo que ha motivado incluso la alerta de la Oficina Comercial de España en Londres. El fraude que más se repite es el denominado ‘European Distribution Fraud‘: la suplantación de la identidad de un importador, mayorista o detallista legítimo para el robo de mercancías de proveedores europeos -y españoles- en Reino Unido. Es un problema muy extendido‘ que afecta a firmas alimentarias de vino, aceite, conservas, huevos, chocolate o frutos secos. Una información de la agencia EFE revela que las compañías a las que suplantan los delincuentes pueden ser grandes cadenas de distribución o también pequeños importadores o distribuidores, y los pedidos suelen hacerse por correo electrónico (en el 75% de los casos).


Este mismo año, se han detectado estas prácticas también en Francia, según explican desde la Federación española del Vino (FEV): las bandas se hacen pasar por importadores o comercializadores, hacen un pedido a la bodega española y, cuando llega al almacén o depósito en destino, roban la mercancía sin pagarla.


La federación pide a las empresas que sean precavidas, comprueben los datos de los supuestos compradores y desconfíen si éstos piden la apertura de una cuenta de crédito sin que haya mediado contacto o negociación previa sobre tipo de producto, volúmenes o precios. La entidad ha constatado que, en varias ocasiones, tanto pequeñas como grandes bodegas les han consultado sobre correos electrónicos ‘sospechosos‘ que los delincuentes envían ‘de forma masiva‘, como si de un ‘phishing‘ bancario se tratara, esperando que alguna caiga en el engaño.


Por ello, anima a las bodegas a consultarles a ellos o a las oficinas comerciales de España en los países de destino si dudan de alguna empresa importadora y, llegado el caso, informen a la Policía. Fuera y dentro de España, las irregularidades siempre estuvieron ahí: falsificación de vinos de prestigio o con DO; etiquetado ilegal; relleno de botellas con graneles en locales de hostelería. Llamativa fue la operación ‘resaca‘ de la Guardia Civil que, en 2015, se incautó de vino con DO falsificado -de Jerez y Manzanilla- que se vendía en ferias, con el agravante de que usaban para guardarlos contenedores de plástico que no eran aptos para el consumo humano. 

Marcas afectadas

Fraudes y contrabando se han detectado en los últimos años en China, como la imitación de botellas y etiquetas; desvío de vinos al mercado negro tras inutilizar los códigos de identificación y hasta el ‘relleno‘ de envases originales con productos más baratos. En República Checa, la federación acaba de lograr que se retiren de los supermercados dos vinos españoles etiquetados como ‘Crianza‘ y ‘Reserva‘ que no acreditaban pertenecer a denominación de origen y estaban embotellados en ese país, vulnerando la legislación. Si hay un problema de fraude, los primeros afectados son las marcas, las empresas; pero indirectamente perjudica a la imagen de todo el sector. Existen muchos tipos de figuras delictivas y algunas rayan el fraude vinculado al blanqueo de dinero, tráfico de armas y otras fórmulas‘, ya que las redes de usurpación de marcas y falsificación de vinos requieren en ocasiones de fuertes inversiones y, por tanto, se nutren de dinero de procedencia ilícita.


LAS propias empresas han desarrollado mallas, sellos o etiquetas con sistemas seguridad similares a los billetes. La Federación ha participado en París en un encuentro de Europol-Interpol para luchar contra los fraudes alimentarios. 


La falsificación de vino de lujo no es algo nuevo; el problema es que su ’fabricación’ se ha disparado, fundamentalmente en China. 

¿Cómo se realizan las falsificaciones?


Las más sofisticadas utilizan botellas (vacías) originales. Por ejemplo, el cristal del mencionado Chateau Lafite del 82 cuesta en el mercado 500 dólares. Y lo rellenan con vino a granel. En otros casos la botella se rellena con vino de la misma bodega pero de una añada de valor inferior. En esta situación el fraude es prácticamente indetectable.


Por contraste, las falsificaciones menos sofisticadas pueden llegar a ser realmente burdas. Se ha llegado hasta tal punto de encontrar botellas de vino blanco etiquetadas como Rothschild e indicando que su procedencia es Montpelier.


La buena noticia es que el gobierno chino y la industria del vino están empezando a luchar. Recientemente Francia y China se han aliado para combatir esta lacra. En concreto, el gobierno chino ha puesto en marcha una iniciativa llamada PEOP: se trata de una etiqueta con características visibles e invisibles que además contiene un código QR que el cliente puede activar y así asegurar la autenticidad de la botella. Bevscan es otro dispositivo disponible en el mercado que utiliza un rayo de luz que pasa a través de la botella, sin la necesidad de abrirla. Y esta luz determina si estamos ante un vino falso. Las salas de subastas también se protegen de la falsificación, que no siempre han conseguido detectar.